Y se consumó la infamia, la aprobación definitiva en el Congreso de la amnistía a los golpistas 'indepes', "el atentado más grave a los españoles honrados desde 1978" en palabras hoy del líder de Vox, Santiago Abascal. 

Una votación para la que, por cierto, el PSOE había tomado precauciones, como obligar a sus diputados a dormir la noche pasada en Madrid, para que no hubiese imprevistos de última hora en la votación final. Porque, efectivamente, ha sido ajustada: ha ganado el sí por 177 votos frente a 172 en contra y ninguna abstención. 

Un debate final en el que no ha estado Pedro Sánchez, que solo se ha dignado entrar al final para votar y razón por la cual el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha espetado a los socialistas: «Pregúntense por qué es tan cobarde que ni siquiera comparece hoy aquí». 

Conviene recordar algunas cosas sobre la amnistía, como que, por ejemplo, beneficia a unas 372 personas   a las que se les perdonan delitos como usurpación de funciones públicas o de malversación --cuando no haya enriquecimiento--; terrorismo "siempre y cuando" no se haya actuado "de forma manifiesta y con intención directa" de causar "violaciones graves de Derechos Humanos", como matar y torturar; tortura cuando "no supere un umbral mínimo de gravedad"; y la traición cuando no se haya producido una "amenaza efectiva y real como un uso efectivo de la fuerza en contra de la integridad territorial" como fija la ONU.

Además, el texto limita la medida de gracia a las personas implicadas en el 'procés' desde el 1 de noviembre de 2011 hasta el 13 de noviembre de 2023. 

Ahora, tras su publicación mañana en el BOE, la ley comenzará un nuevo recorrido por la senda judicial, esa en la que Pedro Sánchez ya no tiene el control (excepto en el Tribunal Constitucional del sanchista Conde Pumpido, que no es poca cosa). Sin embargo, ahora los jueces implicados en las causas (los del Supremo) pueden plantear una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para saber si esta ley atenta contra principios básicos del derecho de la UE, como la igualdad ante la ley, la no impunidad frente al terrorismo, etc.

Y también, distintos entes públicos -como ya han anunciado algunas comunidades del PP, como Madrid o Aragón- pueden plantear recursos de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional (que tendrá escaso éxito, como decimos, porque el TC está dominado por el sanchismo por 7 jueces frente a 4).

Los fiscales del procés -Consuelo Madrigal, Fidel Cadena, Javier Zaragoza y Jaime Moreno- han movido ficha y están ultimando un texto contra la aplicación de la amnistía del que informarán al Tribunal Supremo -cuando proceda- y al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, que ya les ha citado para conocer su opinión

Ahora bien, tanto los recursos de inconstitucionalidad ante el TC como las cuestiones prejudicial ante la UE tienen efectos suspensivos, es decir, que dejan sin efecto la norma. 

Lo cual generará inestabilidad política tanto en Cataluña como en el Gobierno nacional, pues la incertidumbre del futuro de personajes investigados por terrorismo como Carles Puigdemont -que ha exigido a Sánchez ser presidente de la Generalitat- jugará un papel importante. 

Por otra parte, también los fiscales del procés -Consuelo Madrigal, Fidel Cadena, Javier Zaragoza y Jaime Moreno- han movido ficha y están ultimando un texto contra la aplicación de la amnistía del que informarán al Tribunal Supremo -cuando proceda- y al Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, que ya les ha citado para conocer su opinión. 

A todo esto, también conviene recordar que la mayoría de los españoles, con porcentajes en torno al 60%, rechazan la amnistía por considerarla injusta y un privilegio para determinados políticos. 

De hecho, esa fue una de las advertencias de la Comisión de Venecia cuando examinó la amnistía: que debía aprobarse no por mayoría absoluta sino por más diputados y advirtió de la grave división que genera en la sociedad española.

Pero a Pedro Sánchez todo eso le da igual y tras haber mentido a los españoles justo antes de las últimas elecciones generales asegurando que no iba a aprobar una amnistía porque era injusta y anticonstitucional...

Hoy, con el cinismo que le caracteriza, el presidente del Gobierno ha publicado el siguiente tuit: 

Y esto es lo que decían los ministros socialistas hace un tiempo: «La amnistía no cabe porque esto es un pacto entre españoles, no entre catalanes», defendió el ministro Juan Carlos Campo; «Es que no es constitucional, no sé cómo se puede explicar con más claridad», María Jesús Montero dixit; «Lo repetiremos por activa y por pasiva», clamó Fernando Grande-Marlaska ante los micrófonos de los periodistas; «Ni amnistía ni nada de eso», aseguraba Salvador Illa...

Hoy, todos ellos, se han convertido en traidores a España y a todos los españoles de a pie a los que no se les perdona una mísera multa..., como ha destacado hoy el presidente de Vox, Santiago Abascal: