Sí, ya hemos recogido en Hispanidad este vídeo, pero no olvidemos que la memoria es frágil en Internet y las buenas ideas conviene repetirlas por dos razones: para que se graben a fuego en los corazones y para mantener argumentos sólidos ante la avalancha de propaganda martilleante de la Nueva Masonería, es decir, del NOM. Ese Nuevo Orden Mundial viene hoy marcado, no por el marxismo del siglo XX, sino por la ingeniería social del hombre nuevo, que se concreta en la esclavizante ideología de género con su feminismo, homosexualismo, transexualismo y, en general, trashumanismo. Lo que hemos dado en llamar Woke.
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En cualquier caso, cuando Giorgia Meloni pronunció este discurso no era primera ministra. Si llegó a serlo es por mensajes como el de este corto vídeo: no sólo desnudaba al adversario y nos daba la clave -quieren arrebatarnos nuestra identidad, sino que reclamaba aquella idea de Chesterton -aunque cita al inglés en otra variante- de que la familia es una célula de resistencia a la opresión porque es nuestra identidad-. La familia natural os hará libres, combinado con aquello de que la verdad os hará libres, que pronunciara el Hijo de Dios hecho hombre. O somos un nombre o somos un número. Los cristianos, y el pensamiento de Meloni es cristiano sin complejos, quiere ser un nombre, no un número, quiere poseer una identidad, que sólo Dios o el amor de una familia natural puede ofrecer y, en tercer lugar, la amistad, la otra forma de amar.
Meloni no es una pía católica, pero sí una mujer que defiende los principios cristianos, sin complejos: con ellos ha derrotado a la progresía italiana: a la de izquierdas y a la de derechas
¡Qué pena que Santiago Abascal no quiera seguir el camino de Giorgia Meloni! El vasco todavía está atado por sus complejos: sólo aspira a ser comparsa de Feijóo, sin darse cuenta de que el presidente del PP no es más que un progre de derechas. Sólo es un número que pretende organizar la economía de forma sólo un poco distinta a la de Pedro Sánchez, sin caer en el ridículo Woke, ciertamente, pero sin ofrecer una alternativa… que es la alternativa cristiana.
Meloni no es un pía católica, ya lo saben, pero tuvo claro lo que Abascal ni se plantea: no debía aspirar a convertirse en un mero apéndice de la derecha tradicional italiana porque esa derecha, al igual que la española, había abandonado el cristianismo y, por tanto, se ha quedado sin nada que ofrecer. Al revés que Abascal, Meloni ha recuperado esos principios cristianos aunque no sea, insisto, un modelo de piedad a título personal. Recuerden que el político es el único ser al que hay que juzgar más por lo que dice que por lo que hace… entre otras cosas porque casi nunca puede ejecutar lo que se propone ni puede cambiar el mundo. El mundo lo cambiamos entre todos, lo cambia el pueblo. El político es una referencia, no un conseguidor. Puede ser maestro, nunca ingeniero.
¿Por qué la familia provoca tanto miedo a la nueva masonería, al NOM? Porque es lo que nos hace libres
Meloni ha llegado a la presidencia italiana porque tiene claro lo que defiende. Y cuando tienes claro lo que defiendes, el insulto favorito de la nueva masonería -eres un ‘ultra'- no sirve para nada: cuando expone argumentos, y argumentos veraces, no sofismas progres, la audiencia no se fija en el adjetivo ultra sino en el sustantivo verdad.
Y como la verdad os hará libres… Meloni quiere ser un nombre, no un número, que es lo mismo que decir que quiere ser hija de Dios, no sumisa contribuyente de Hacienda.
En cualquier caso, ¿por qué la familia provoca tanto miedo a la nueva masonería, al NOM? Porque es lo que nos hace libres.