La información con la que se cerró el puente de San Isidro es como para tomar nota. Ojo al dato: SM Felipe VI de Borbón viaja a Abu Dabi para dar a las autoridades su pésame por la muerte del presidente de Emiratos Árabes Unidos, Jalifa bin Zayed Al Nahyan, la máxima autoridad de Emiratos Árabes Unidos, que no deja de ser un conjunto de tribus bien avenidas que han sabido crear un Estado, con una capital económica y otra política, con el jeque Jalifa como 'primus inter pares'.
Un Estado amigo de España, cuyo jeque se preguntaba cómo era posible que los españoles maltratemos a un monarca como Juan Carlos I. Algo, por ejemplo, que no hace el venenoso emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Thani, valedor, como todo el Gobierno catarí, de los terroristas de Hamas e incrustado, con muchas exigencias, en la vida económica española: Iberdrola, El Corte Inglés, etc. Al de Qatar ya le hemos galardonado.
La monarquía española está en peligro, pero no sólo por Pedro Sánchez sino por el propio rey de España, uno de los más cobardes de toda la historia
Emiratos Árabes es el país, que además, ha acogido con prodigalidad al Rey Juan Carlos I, a quien Pedro Sánchez, un oligofrénico del poder, ha amenazado con la cárcel para contentar a sus apoyos republicanos, sobre todo Podemos y ERC y, lo más importante, para mantener como rehén al hijo del interfecto, actual rey en ejercicio, Felipe VI.
El problema es que Felipe VI sufre síndrome de Estocolmo respecto al Gobierno socio-podemita y, por ello, es el primero en dar por bueno el secuestro de Sánchez y en acomodarse a él. Y así, que tiene bemoles la copla, durante su viaje de Estado a Emiratos, el monarca no se ha dignado visitar a don Juan Carlos I -sin el cual ni hubiera accedido al Trono ni hubiera existido- para decirle eso de: "Papá, ¿qué tal estás?
No. Por contra, en una ligeramente repugnante filtración de fin de semana, los servicios de propaganda de Zarzuela, controlados -lo único que controla bien, para desgracia de la Monarquía española, ese desastre que es don Jaime Alfonsín, jefe de la Casa Real- han emitido la idea de que Su Majestad el Rey Felipe VI habría aprovechado su viaje a Abu Dabi para -ojo al dato- mantener una conversación telefónica con el Rey Juan Carlos I -a la sazón su padre- allí exilado desde hace más de un año, para asegurar que se verán en España en cuanto el anterior Rey vuelva a Madrid, algo que no ha podido hacer hasta ahora, tras la amenaza cierta de que el ególatra de Pedro Sánchez, para quien no existe otro Rey que él, procediera a la detención de Juan Carlos I... que de eso estamos hablando. Y todo esto provoca un cierto bochorno.
Zarzuela se empeña en resaltar ahora que la vida de piedad del Monarca, al que continuan presentando ante el pueblo como católico, es una cuestión absolutamente privada. O sea, vergonzante
A ver si lo he entendido: Felipe VI recibirá a Juan Carlos I en Madrid... ¿acaso pensaba no ver a su padre cuando regrese a España?
Conclusión: la monarquía española está en peligro, pero no por Sánchez, sino por el actual rey de España, uno de los más cobardes de toda la historia.
Felipe VI ha conseguido el acabose: en España no le quieren ni los republicanos, ni los monárquicos. Pero el ilustre Alfonsín continúa susurrándole al oído: ceder, desfigurarse, desnaturalizarse, es la única forma de mantenerse en el Trono. ¿Ceder ante qué? Pues ante cualquier principio noble, también ante el noble principio de la gratitud filial. Créanme: Jaime Alfonsín se ha convertido en una verdadera carcoma para la monarquía pero el responsable es el propio Felipe VI.
Y todo esto no es ajeno al hecho de que Zarzuela se empeñe en resaltar ahora que la vida de piedad del Monarca, al que continuan presentando ante la prensa especializada como católico, sí, pero nominal, es una cuestión absolutamente privada. Ejemplo, durante la pasada Semana Santa, Alfonsín se dedicó a susurrar al oído de los periodistas de confianza, corifeos de La Zarzuela, con pertinaz insistencia, que Felipe VI había suprimido su asistencia a la Eucaristía de Domingo de Resurrección en la catedral de Palma de Mallorca, no porque haya perdido la fe, no, sino porque se trata de un Rey tan progresista... "que quiere representar a todos los miembros de la sociedad" salvo, al parecer, a los católicos.
Alfonsín también ha hecho hincapié en que la futura reina de España, educada en un colegio masónico, asimismo muy católica pero en el ámbito privado, no haya recibido el sacramento de la confirmación en público sino en privado, para no ofender a no se sabe quién. Sin embargo, sí que se da pábulo, y con mucho orgullo, al bachillerato 'new age', que cursa en el Reino Unido de la Gran Bretaña.
Es de bien nacidos el ser agradecidos, Majestad. Usted, en su viaje a Emiratos, lo primero que tenía que haber hecho es ir a visitar a su padre.