La imagen es tremenda: agentes de la UCO, de la Guardia Civil, entrando en la sede de la Fiscalía General del Estado, en Madrid, custodiada por otros agentes de la Guardia Civil, para registrar el despacho del Fiscal General, Álvaro García Ortiz, y llevarse todo lo que pudiera estar relacionado con la filtración de los datos reservados del novio de Ayuso.
Todo por orden del juez del Tribunal Supremo, Ángel Hurtado, que ha decretado el secreto de la investigación, hasta que no se haya recabado toda la información documental necesaria.
Se da la circunstancia que este miércoles, García Ortiz tenía previsto comparecer ante los medios de comunicación con motivo del homenaje -jueves 31- a las víctimas del franquismo y la dictadura. Como era de esperar, la ha cancelado en el último momento.
Por su parte, la Asociación de Fiscales (AF), mayoritaria en la carrera fiscal, ha vuelto a pedirle a García Ortiz que dimita “inmediatamente” y de forma “inexcusable”. Tranquilos, no dimitirá: García Ortiz es una pieza fundamental para Pedro Sánchez. Y más en estos momentos.