Que resulta que el majadero de Puigdemont se ha percatado, justo ahora, de que el engaño de Pedro Sánchez consiste en el tiempo de aplicación de la Ley de Amnistía. Justo ahora, un tipo tan inteligente ha caído en la cuenta de que la prejudicialidad que el Supremo alegará ante el Tribunal de Justicia Europeo de Luxemburgo (TJUE) retrasará la aplicación de la Ley de Amnistía, de 'su' amnistía. No será antes de un año cuando Puchi pueda volver a pasear por la Diagonal barcelonesa.

La verdad es que los decretos del miércoles tienen poco que ver con esa demora en la ampliación de 'su' amnistía, sólo que Junts se han dado cuenta ahora del engaño de Sánchez.

Feijóo mantiene la línea de Rajoy o de Pablo Casado, dos acomplejados ante el progresismo. Por eso, el gallego pierde ante Ayuso

Entonces, faltos de votos para aprobar los decretos del próximo miércoles 10, en Moncloa han buscado corriendo al PP para que les apoye en estas medidas que "no son buenas para el Gobierno, sino para todos los españoles, españolas" y hasta españolos.

En el PP les han respondido a la pepera: sólo aprobarán el decreto de medidas económicas si reducen el IVA del gas y de la luz y deflactan la tarifa del IRPF.

Sin embargo, la presidente de la Comunidad de Madrid, ha optado por la enmienda a la totalidad y en su estilo, ha dicho que ni esto ni aquello, que al Gobierno "ni agua". Y claro se ha ganado el aplauso de los votantes del PP, que están hartos de los complejos de Mariano Rajoy, de Pablo Casado y de Alberto Núñez Feijóo ante el progresismo sanchista.

Y claro, en Génova saben que el votante del PP prefiere a Isabel Díaz Ayuso como candidata a La Moncloa que al melifluo Alberto Núñez Feijóo. Simplemente, porque Ayuso habla claro y Feijóo no se sabe ni sube o si baja las escaleras.

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Génova continúa en el dos más dos son cinco. Hombre, no son seis, que eso es una barbaridad, pero tampoco podemos emperrarnos en que dos más dos sean cuatro: en pro de la moderación, el diálogo y la democracia, debemos conceder que dos más dos son cinco.

Pero no se equivoquen: Ayuso no es una candidata católica

Por partes, que dijo Jack el Destripador: lo de la deflactación de la tarifa del IRPF está bien, para anular la mentira gorda de Marisu Montero, que esconde ahí una subida de impuestos. Ahora bien, ¿bajarle el IVA al gas y a la luz? Pero vamos a ver, Albertito, que eso reduce los ingresos del Estado  y lo que ahora mismo hay que reducir, y con urgencia, es el gasto del Estado... y esta es la tarea que la derecha española no se atreve a implementar.

En Génova se comportan como socialdemócratas de derechas y no como deberían: con un espíritu económicamente más liberal que reduzca el tamaño de un Estado -un gobierno- agobiante y fomente la pequeña propiedad privada. Eso sí que le proporcionaría a Feijóo una alternativa a Sánchez.

Y por cierto: si hay un impuesto que el PP no debe bajar es, precisamente, el IVA. A la gente, Señor Feijóo, en una sociedad financieramente avanzada, no hay que juzgarla por lo que gana sino por lo que gasta.

Pero no se equivoquen: Ayuso no es una candidata católica, es sólo una candidata que habla claro. Es verdad que exhibe un sentido común que, por una u otra vía, le lleva a principios cristianos, pero eso no es suficiente, al menos en los tiempos que corren. Ni mucho menos.

No lo duden: los votantes del PP, y creo que no por las razones antedichas sino por el efecto de las mismas, por intuición, quieren a la periodista Ayuso como candidata a La Moncloa, no al temblón de Feijóo.