De quien menos se podía esperar. Ha sido el exsecretario general de Vox, Javier Ortega Smith, quien se ha visto obligado a decir en voz alta lo que muchoS piensan en voz baja del partido de Abascal: que esto va mal y que Vox puede acabar como Ciudadanos y que a Abascal se le está poniendo cara de Arrimadas, o de Albert Rivera.

Vox ha cambiado el ideario por la estrategia... y por la indolencia. Ortega Smith, en quien entre sus muchos defectos ondea la virtud de ser un político sin excesivas ambiciones políticas, acusa al partido de dormirse en los laureles y de haberse convertido en una agencia de colocación de amigos.

Santiago Abascal apuesta por al alma azul de Vox, en lugar de por su alma cristiana y aún peor que eso: está vago, silente y cruzado de brazos

Acusaciones tremendas y se le ha olvidado la más importante de todas: el abandono de los principios cristianos.

En cualquier caso, cambiar ideario por  estrategia es la mejor forma de destruir toda estrategia. Las últimas encuestas insisten: Vox pierde votos a manos del Partido Popular, de ese progre de derechas llamado Núñez Feijóo.

En cualquier caso, Santiago Abascal ha apostado por el alma azul de Vox, en lugar de por su alma cristiana y aún peor que eso: está vago, silente y cruzado de brazos. No ha comprendido que hasta la unidad de España es un principio cristiano y un bien moral.

No se puede luchar por el futuro conformándose con administrar el pasado. Conviene vivir en presente: el mañana se prepara hoy

Ojo, no politizó el cristianismo, no diría esto de la mayoría de los países. Por ejemplo, no lo diría de Alemania o Reino Unido. Lo que digo es que España es un país consecuencia del dogma cristiano. Por eso atentar contra su unidad es atentar contra el bien moral común. Y si no se entiende esto, tampoco se entiende la evolución, creciente, del separatismo en España.

En cualquier caso, la crisis de Vox también tiene que ver con no se puede luchar por el futuro conformándose con administrar el pasado. Conviene vivir en presente porque el mañana se prepara hoy, no ayer. Por el momento, el pulso de ese progre de derechas llamado Feijóo al atónito Abascal... lo está ganando Feijoó.