Cerrábamos la pasada con una buena noticia: la OMS paraliza (de momento) el Tratado de Pandemias, por falta de acuerdo. La Asamblea Mundial de la Salud (OMS), el órgano supremo de la OMS formado por 194 países, mantuvo una reunión en Ginebra bajo la Presidencia de Tedros Adhanom, uno de los peores ciudadanos del planeta.

El objetivo oficial era establecer unas normas comunes, primero para detener futuras pandemias y, después, para dar una respuesta conjunta y coordinada en caso de que la pandemia llegara a propagarse. El verdadero objetivo de la OMS era distinto: instaurar un gobierno global capaz de dictar normas de obligado cumplimiento en todo el planeta, en caso de una nueva pandemia, que sería declarada por la propia OMS, naturalmente.

La maniobra de Tedros Adhanom, sin embargo, no ha pasado desapercibida en países como EEUU, Italia o Argentina, como hemos ido informando en Hispanidad.

“Lo intentaremos todo y haremos que esto ocurra porque el mundo sigue necesitando un tratado contra la pandemia”, sentenció Tedros tras el fracaso

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Y ahora parece que los suizos tampoco quieren la imposición de Tedros. Informa electomanía: "El próximo 9 de junio, Suiza celebrará varios referéndums nacionales. Las iniciativas cubren una gama de temas desde la salud hasta la energía, reflejando las preocupaciones y prioridades del electorado suizo". 

Si nos detenemos en una de las votaciones encontramos lo siguiente: “Por la libertad y la integridad física”, a propuesta del Movimiento por la Libertad en Suiza (MLS). "En el contexto de la pandemia de Covid-19, esta iniciativa exige que cualquier procedimiento médico invasivo, incluida la vacunación, requiera el consentimiento de la persona afectada, sin ninguna penalización o perjuicio social".

Y ojo a lo que dice sondeo de LeeWas para TaMedia, "A favor: 72%", creciendo un 21%, mientras que los que se oponen se quedan en el 23%, con una caída del 6%. "Esta propuesta cuenta con un apoyo significativo, reflejando la importancia de la autonomía personal en el contexto sanitario para muchos suizos", concluye electomanía, y es que parece que Suiza se ha dado cuenta que Tedros no es de fiar.