Recuerden las dos semanas que precedieron a las elecciones generales del 23-J donde todas las encuestas se equivocaron y el que más se aproximó al resultado final es quien siempre se equivoca: José Félix Tezanos, de la compañía CIS

Y es que, seguro de su victoria, Alberto Núñez Feijóo juega de nuevo a progre y arremete contra Vox, convencido de que quitarse el olor a ultra va a resultarle rentable en las urnas. 

Lo cierto es que el 23 de julio, el PP ganó las elecciones por la mínima (300.000 votos) y las alianzas anti-natura de Sánchez le privaron a Feijóo del gobierno. Y las encuestas fracasaron en sus pronósticos.

Pues bien, el espejismo demoscópico ha vuelto a invadir la sede de Génova con motivo de las europeas del próximo domingo: tanto el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida como la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, arremetieron contra Donald Trump y le dedicaron el peor insulto posible; compararle con Pedro Sánchez.

No aprenden, no aprenden. ¿De verdad creen en Génova que alejándose de Vox e insultando a Trump van a arrebatarle un sólo voto al PSOE? Pero sí que pueden perder los suyos, que se vayan a Vox ante unas poses progre que algunos de los votantes del PP no pueden entender. ¡Qué error, qué inmenso error!

El problema de la derecha es el de siempre: sus votantes son más coherentes que sus líderes. Y un poco más valientes y menos acomplejados.