En la primera rueda de prensa del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, el republicano ironizó con el panorama en el horizonte que se le presentaba. Trump no dudó en asegurar las diferencias que notaba entre su primer mandato y el presente: en el año 2016, en que fue elegido presidente por primera vez, todo el mundo luchaba contra él y esa hostilidad continuó durante todo su primer mandato y más adelante, ahora, sin embargo, bromeó: “todo el mundo quiere ser mi amigo, no sé mi personalidad ha cambiado o algo así”. Razón no le falta, ahora todos quieren contentar al peligroso Trump y las cosas comienzan a cambiar.
La cuestión es que Trump muchas veces tira de sentido común, y por mucho progresismo que tenga enfrentado, las cosas terminan cayendo por su propio peso: buen ejemplo de ello es la política migratoria. Para los demócratas, una barbaridad, pero algo cambia cuando la cosa se descontrola en la frontera, la situación se torna en caótica y las calles de los feudos progresistas explotan con la delincuencia.
El ejemplo más reciente de este cambio de la era Trump lo tenemos en Nueva York, ciudad que no podía soportar más llegadas de inmigrantes, lo que ha hecho que su alcalde demócrata, Eric Adams, haya anunciado el cierre definitivo del centro de atención de inmigrantes ilegales que estaba funcionando en el Hotel Roosevelt. Además, ha aceptado que está trabajando activamente con la Administración Trump-Vance en las deportaciones masivas de irregulares.
Pero el caso no acaba ahí, Adams fue entrevistado por Tucker Carlson, y durante la entrevista el alcalde criticó al Partido Demócrata por abandonar a los neoyorquinos y a la clase trabajadora y afirmó que la administración Biden lo instó a permanecer en silencio sobre la crisis migratoria de la ciudad.
Adams confesó a Carlson que el expresidente Biden le dijo a él y a sus asesores que no estaba siendo un "buen demócrata" mientras cientos de miles de migrantes se dirigían a la Gran Manzana. Cuando se negó a acogerlos, fue cuando se presentaron cargos en su contra por supuesta corrupción. Caso en el que Trump ha ayudado al demócrata, pidiendo que se ponga fin con el objetivo de parar la “utilización del sistema judicial como arma”.
En la misma entrevista, Adams ha confirmado que todavía planea presentarse como demócrata en las próximas elecciones a la alcaldía, algo que su partido no le está poniendo nada fácil. Todo apunta a que perderá en las primarias demócratas, contra Andrew Cuomo, figura que fue cancelada públicamente por acumular varias denuncias por agresión sexual, y que ahora el partido Demócrata ha recuperado para acabar con Adams.