En Alemania, el último atentado yihadista cometido por un joven de origen sirio en Solingen y por el que murieron tres personas asesinadas, ha supuesto la gota que ha colmado el vaso de la indignación popular.
Tanto es así que el Gobierno, por medio de la ministra del Interior, Nancy Faeser, ha anunciado que se van a implantar controles en todas las fronteras terrestres del país a partir del 16 de septiembre con el objetivo de "reducir la migración por vía irregular y mejorar la seguridad interior".
«Estamos reforzando nuestra seguridad interior con medidas concretas y seguimos adoptando una postura firme contra la inmigración ilegal», declaró la ministra.
Es decir, que el Gobierno alemán reconoce la relación entre la delincuencia y la inmigración ilegales sobre todo en lo que se refiere a potenciales amenazas islamistas y el crimen organizado.
Esos controles en sus fronteras terrestres se llevarán a cabo mediante la petición de pasaporte. La medida se llevará a cabo durante los próximos seis meses, lo que está permitido en caso de emergencia por el espacio Schengen.
Cabe recordar que ya el año pasado, Alemania había instaurado controles en las fronteras de Polonia, Suiza y la República Checa.