Como contábamos esta semana en Hispanidad, el viaje a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, no llegaba en el momento más adecuado, si bien no puede olvidarse que es menester hacer frente a la tiranía comunista china, que desde la llegada al poder en 2013 del presidente Xi Jinping, ha aumentado sus aspiraciones territoriales, generando un clima de tensión permanente en la región Asia Pacífico.
Lo cierto es que la visita de Pelosi es una vacua provocación que no aporta ningún beneficio para confrontar a la dictadura comunista china, contra la cual el arma más eficaz hasta la fecha fue la guerra comercial impulsada por el expresidente Donald Trump, que se convirtió en el objetivo número uno para la tiranía china, que no dudó en utilizar su influencia para desbancarle de la Casa Blanca.
Precisamente el propio Trump, el presidente estadounidense que ha hecho frente con mayor firmeza al comunismo chino en las últimas décadas, se ha mostrado crítico con Pelosi por su visita a Taiwán señalando: “El asunto de China es lo último en lo que debería estar involucrada Nancy Pelosi: solo lo empeorará”. “Todo lo que ella toca se convierte en un caos”.
Llama la atención que Pelosi emprenda un viaje para apoyar a Taiwán frente a la amenaza de la dictadura comunista china, que ya ha amenazado con iniciar una guerra si Taiwán declara su independencia, cuando precisamente el comunismo chino ha aumentado su influencia en Estados Unidos desde la salida de Donald Trump de la Casa Blanca, y los lazos chinos con la Casa Blanca de Joe Biden, el jefe de filas de Pelosi, son cada día más profundos, como hemos venido contando en Hispanidad.
Precisamente el propio Trump, el presidente estadounidense que ha hecho frente con mayor firmeza al comunismo chino en las últimas décadas, se ha mostrado crítico con Pelosi por su visita a Taiwán señalando: “El asunto de China es lo último en lo que debería estar involucrada Nancy Pelosi: solo lo empeorará”. “Todo lo que ella toca se convierte en un caos”
Días después de las elecciones presidenciales de diciembre 2020, que enfrentaron a Joe Biden con Donald Trump, dábamos conocimiento de un vídeo difundido por el senador republicano por Florida, el hispano Marco Rubio, que fue silenciado por los medios de comunicación. Se trataba de un discurso pronunciado por el profesor Di Dongsheng, vicedecano de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad de Renmin de Pekín, donde se jactaba de cómo su país, China, dominaba el poder político y económico de Estados Unidos desde hace décadas, y advertía que, tras el paréntesis de la Presidencia de Donald Trump, que había puesto freno a la influencia china, con la reciente elección de Joe Biden, volverían a dominar Wall Street y EEUU.
En paralelo, el escándalo sacudía al Partido Demócrata, precisamente por sus vínculos con el Partido Comunista de China, revelándose la infiltración de agentes chinos en el equipo de importantes senadores y congresistas progresistas. Esos vínculos alcanzaban al propio clan Biden, dado que, como informó el diario New York Post, Joe Biden y su hijo Hunter presuntamente recibieron comisiones por su intermediación a favor de las autoridades chinas.
Posteriormente informábamos, que ya con Biden en la Casa Blanca, su Administración ponía fin al programa Iniciativa China. Dicho programa fue creado por la Administración Trump en 2018, y se encontraba al frente del mismo la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia de Estados Unidos, con el propósito de contrarrestar el espionaje chino en el mundo empresarial y de investigación estadounidense, para evitar el robo de información y tecnología estadounidense por parte de China.
En esta ocasión, informa el Washington Examiner que la Asociación Heartland China de EEUU, un grupo que impulsa la inversión china en Estados Unidos, con profundos vínculos con la Casa Blanca de Biden, está asociada con una organización china que ha sido identificada como parte de las operaciones de influencia de la dictadura comunista china en Estados Unidos.
La influencia de dicho grupo vinculado al régimen comunista chino en la Casa Blanca de Joe Biden es tal, que entre los asesores estratégicos de la misma figura el asesor principal del presidente Biden, Mitch Landrieu. Desde la Casa Blanca han negado tal extremo, a pesar de que Landrieu aparecía como asesor estratégico en la propia página web de la Asociación Heartland China de EEUU, y el director ejecutivo de la organización describía la relación de Landrieu con la entidad.
Nada más conocerse estos hechos, el senador Marco Rubio, miembro del Comité de Inteligencia del Senado, ha criticado a la Administración Biden por sus vínculos con la Asociación Heartland con el siguiente tenor:
“El Partido Comunista Chino está trabajando en todos los niveles para influir en la toma de decisiones en los Estados Unidos. La Asociación Heartland China de EEUU juega un papel vital en ese esfuerzo. Es alarmante que la Administración Biden siga contratando personas vinculadas con el Departamento de Trabajo del Frente Unido del Partido Comunista Chino y los grupos adyacentes al Frente Unido, que son herramientas de sus operaciones de influencia extranjera”.
Y no se limita a la Casa Blanca la infiltración china, según una investigación del Senado de Estados Unidos, China también estaría infiltrándose en la Reserva Federal de EEUU. Así, según un informe de la Cámara Alta, China estaría reclutando economistas residentes en Estados Unidos para enviar información confidencial a la dictadura comunista y habría constituido fuentes de cooperación dentro del sistema bancario de la Reserva Federal. Así, según el comité del Senado, un empleado proporcionó información sobre el modelo económico de la Reserva Federal a una universidad china y otro tenía conexiones con la red de reclutamiento internacional de China.
Se reveló la infiltración de agentes chinos en el equipo de importantes senadores y congresistas progresistas. Esos vínculos alcanzaban al propio clan Biden, dado que, como informó el diario New York Post, Joe Biden y su hijo Hunter presuntamente recibieron comisiones por su intermediación a favor de las autoridades chinas
En este contexto, el Centro Nacional de Seguridad y Contrainteligencia advirtió la semana pasada que el presidente chino, Xi Jinping, “ha buscado cada vez más explotar relaciones subnacionales para influir en las políticas estadounidenses” y que “también hay muchas entidades cuasi oficiales o representantes involucrados en el trabajo de frente unido y operaciones de influencia extranjera cuyos vínculos con el Partido Comunista chino o el gobierno de la República Popular de China pueden estar ocultos”.
Mientras sigue consolidándose la influencia china en la Administración Biden, como respuesta a la visita de Pelosi, China ha iniciado ejercicios militares sin precedentes para bloquear a Taiwán, incluyendo el lanzamiento de misiles balísticos en las aguas próximas a la costa de Formosa. Veremos el alcance de la amenaza china en los próximos días.
En caso de agravarse la crisis, ¿apoyará Joe Biden a Taiwan? ¿O está demasiado atado al régimen comunista del gigante asiático?