En Argentina, el anterior Gobierno del izquierdista Alberto Fernández aprobó, en diciembre del año 2020, una ley del aborto que lo calificaba como un "derecho", lo despenalizaba totalmente hasta la semana 14 y a partir de ese plazo es posible solicitarlo por violación o cuando corra peligro la vida de la mujer. 

Sin embargo, el actual presidente de Argentina, Javier Milei, se mostró en contra del aborto (incluido el aborto por violación) durante la campaña electoral, es decir, antes de llegar a la presidencia, excepto cuando hay riesgo cierto para la vida de la madre, que a su juicio es "el único caso en el que no vulneras a la otra vida". "Vida hay desde el momento de la concepción”, defendía el liberal. 

Lo explicaba aquí:

 

Milei también se mostró partidario (antes de llegar a la Presidencia) de preguntar a los argentinos en un referéndum si son partidarios de derogar la actual ley del aborto de Alberto Fernández. 

Por ello, no es de extrañar que seis diputados del partido de Milei, 'La Libertad Avanza,' hayan presentado el pasado 5 de febrero un proyecto de ley para derogar la ley del aborto aprobada por Alberto Fernández y para volver a la legislación anterior, es decir, a lo que establecía el Código Penal argentino desde 1921, aunque con algún matiz. 

Y es que el Código Penal argentino de 1921 prohibía el aborto excepto en el caso del riesgo para la salud de la madre y la violación. 

Sin embargo, el proyecto presentado por La Libertad Avanza restringe o limita el aborto por violación y por riesgo para la salud de la mujer y lo somete a la decisión de los jueces: “El juez podrá disponer que se exceptúe de la pena a la mujer en atención a los motivos que la impulsaron a cometer el delito, su actitud posterior y la naturaleza del hecho”, recoge La Nación

El nuevo proyecto de ley define el aborto como "un delito", que acarreará penas de cárcel, tanto para la madre como para quienes intervengan en él. 

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Desde el punto de vista de la defensa del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural -uno de los principios no negociables establecidos por el Papa Benedicto XVI- cabría objetarle a Milei que la vida se defiende sin excepciones y sin someterla a la interpretación de los jueces. Y que cuando haya riesgo para la vida de la madre hay que tratar de salvar las dos vidas. 

Pero hay que reconocerle a Milei que se trata de la batalla más importante que va a librar durante su presidencia, por encima incluso de la liberalización que pretende llevar a cabo en la economía del país sudamericano. Porque lo que está en juego son vidas humanas y todas ellas tienen la misma dignidad. Y muy pocos dirigentes occidentales están dispuestos a dar esta batalla…