El actual Gobierno argentino, encabezado por Javier Milei, ha mostrado interés en asociarse con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), entidad con la que conserva buenas relaciones desde los años 90, bajo la fórmula de “socio global”.
El ministro de Defensa argentino, Luis Petri, acudió recientemente a la sede de la organización, donde entregó una misiva que dejaba bien a las claras la citada intención.
Por su parte, el subsecretario general de la OTAN, Mircea Geoană, mostró su agradecimiento por la petición del país sudamericano y destacó que una colaboración "política y práctica más estrecha podría beneficiar a ambos". Además, Geoană alabó al país sudamericano por su ayuda a Ucrania y a conservar La Paz en los Balcanes.
Otro país sudamericano que ya lo ha conseguido -ese estatus de país asociado o “socio global”- es Colombia.
Ahora bien, la aceptación de Argentina como miembro asociado requeriría de la unanimidad de sus actuales 32 miembros.
Y un posible problema que podría surgir es que podría provocar roces con Reino Unido -miembro fundador de la OTAN-, debido a que este país tiene ocupadas las Islas Malvinas, cuya soberanía reclama Argentina.
A Lula da Silva y a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) no les va a gustar. A mIlei le importa poco que no les guste.