La guerra entre Israel y el grupo terrorista islámico Hamás continúa centrando la actualidad informativa de Estados Unidos… y no para bien.
Si la semana pasada contábamos en Hispanidad que relevantes líderes demócratas no condenaban los salvajes ataques del grupo radical islámico que han causado incontables víctimas israelíes, esta semana la tensión ha ido 'in crescendo'.
Mientras el presidente Joe Biden efectuaba una desastrosa gira en Oriente Medio, envalentonados por el apoyo de destacados políticos progresistas, cientos de manifestantes propalestinos entraron el miércoles en el complejo del Capitolio de Estados Unidos, generando el caos. La policía del Capitolio ha anunciado el arresto de un incontable número de los violentos manifestantes, de los cuales al menos tres están acusados de agredir a los policías.
Una multitud violenta que fue además jaleada por la congresista demócrata por Michigan, Rashida Tlaib, de religión musulmana, quien la semana pasada, preguntada por una periodista sobre los espeluznantes actos de Hamás, entre los que se incluye la decapitación de bebés, la quema de niños vivos y la violación de mujeres, no efectuó valoración alguna, ahora se atrevió a cargar contra su jefe de filas el presidente Biden indicando así: “Le recordaremos por no decir nada sobre el bombardeo de Israel en el hospital de Gaza”. Tlaib también acusó al Estado de Israel de genocida señalando: “presidente Biden, no todo Estados Unidos está con usted en este asunto. Debe despertar y comprender que, literalmente, estamos viendo a personas cometer genocidio y matar a una gran mayoría de esta manera, y todavía nos quedamos quietos y no decimos nada”.
Sorprende que la congresista acuse de manera indubitada a Israel del ataque al hospital de Gaza, cuando si bien todavía no está acreditada la autoría, los indicios apuntan a la yihad islámica como responsable y no a las fuerzas armadas israelíes. Y, sobre todo, sorprende porque tales acusaciones infundadas, que han promovido principalmente los fanáticos líderes del régimen islámico iraní, sean proferidas por una congresista de Estados Unidos perteneciente al mismo partido que el presidente de Estados Unidos Joe Biden.
Los asaltantes del Capitolio fueron desafiados por algunos congresistas republicanos, como Brandon Williams, quien ondeó una bandera de Israel frente a los radicales propalestinos.
Sin embargo, este asalto al Capitolio no ha sido considerado como grave por la progresía mediática, frente al tratamiento informativo de lo ocurrido el 6 de enero de 2021. Sobre esta doble vara de medir, se ha pronunciado la congresista republicana Marjorie Taylor Greene, quien ha afirmado: “Está ocurriendo una insurrección en el Capitolio”.
Sin duda, la reacción social de parte de la sociedad americana y del Partido Demócrata ante los salvajes asesinatos cometidos por los terroristas islámicos de Hamás refleja en lo que Joe Biden ha convertido a Estados Unidos: una nación progresista y en decadencia.