En Hispanidad, hemos venido denunciando la politización del FBI y su vinculación al Partido Demócrata, con actuaciones irregulares de la principal agencia federal de investigación criminal, tanto en la creación de la farsa de la trama rusa, como en la protección de los grupos de extrema izquierda Black Lives Matter y Antifa, así como por su papel en la cacería contra el expresidente Donald Trump.
Esta semana, el FBI ha dado un paso más en su peligrosa deriva, efectuando un registro en la residencia de Donald Trump, la denominada Mar-a-Lago, situada en Palm Beach, en el Estado de Florida, del que como ha contado Hispanidad, expertos juristas han cuestionado su legalidad, al no trascender causa probable de delito alguno que justificara la motivación de la orden de registro.
Así, los juristas consultados señalan que el registro no tiene precedentes en la historia del país, por cuanto en casos anteriores en los que se violó la ley con respecto a documentos clasificados, el Departamento de Justicia optó por no procesar a los delincuentes o aceptar cargos menores, pero en ningún caso registró sus domicilios. Adicionalmente, el abogado y profesor emérito de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard Alan Dershowitz, también ha cuestionado la forma de efectuar el registro, por cuanto todo apunta a que los agentes del FBI se llevaron documentos sin preguntar nada sobre ellos, es decir, si son personales o no y si están o no clasificados, de tal manera que ahora, las partes deberán revisar todo lo incautado para garantizar que no se ha violado la privacidad de Trump.
Tras la redada, Trump emitió el siguiente comunicado:
"Estos son tiempos oscuros para nuestra nación, mi hermosa casa, Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, se encuentra actualmente sitiada, asaltada y ocupada por un gran grupo de agentes del FBI. Nada como esto le ha sucedido jamás a un presidente de los Estados Unidos antes y después de trabajar y cooperar con las agencias gubernamentales relevantes, esta redada no anunciada en mi casa no fue necesaria ni apropiada. Es una mala conducta de la fiscalía, una utilización del sistema de justicia como arma política y un ataque de los demócratas radicales de izquierda que desesperadamente no quieren que me postule para presidente en 2024, especialmente según las encuestas recientes, y que también harán cualquier cosa para detener a los republicanos y conservadores en las próximas elecciones de mitad de período.
"Tal asalto solo podría tener lugar en países del tercer mundo bananeros. Lamentablemente, Estados Unidos ahora se ha convertido en uno de esos países, corruptos a un nivel nunca antes visto. ¡Incluso irrumpieron en mi caja fuerte! ¿Cuál es la diferencia entre esto y el Watergate donde irrumpieron en el Comité Nacional Demócrata? Aquí, al revés, los demócratas irrumpieron en la casa del 45º presidente de los Estados Unidos.
"La persecución política del presidente Donald J. Trump ha estado ocurriendo durante años, con la ahora completamente desacreditada estafa de Rusia, el engaño del primer impeachment, el engaño del segundo impeachment y mucho más, simplemente nunca termina”.
"A Hillary Clinton se le permitió borrar y lavar con ácido 33.000 correos electrónicos después de que fueran citados por el Congreso. No ha pasado absolutamente nada que la haga responsable. Incluso se llevó muebles antiguos y otros artículos de la Casa Blanca.
"Me enfrenté a la corrupción burocrática de Estados Unidos, restauré el poder a la gente. El establishment me odiaba. Ahora, mientras ven a mis candidatos respaldados obtener grandes victorias y ven dominio en todas las encuestas, están tratando de detenerme a mí y al Partido Republicano, una vez más. La anarquía, la persecución política y la caza de brujas deben ser expuestas y detenidas.
"¡Seguiré luchando por el gran pueblo estadounidense!".
Y no solo eso, el expresidente Donald Trump también ha publicado un vídeo titulado “Una nación en declive”, que compartimos para su interés.
Tras la redada, decenas de personas acudieron a la zona a manifestar su apoyo al expresidente Trump
La indignación por la irregular redada en la residencia de Donald Trump ha desatado la ira de las bases y líderes de la oposición republicana, que han advertido de la peligrosa deriva totalitaria de la Administración Biden. Las reacciones han sido diversas, pero la posición unitaria a la hora de fijar lo ocurrido como un escándalo sin precedentes en la historia de EEUU.
Tras la redada, decenas de personas acudieron a la zona a manifestar su apoyo al expresidente Trump.
El líder republicano en el Congreso, Kevin McCarthy, ha denunciado la utilización del FBI por los demócratas como un arma política con el siguiente tenor: “El Departamento de Justicia ha alcanzado un estado intolerable de utilización como arma política”. También ha advertido que, si los republicanos recuperan el control del Congreso en las elecciones de medio mandato de noviembre, algo que según las encuestas es altamente probable, efectuarán una profunda fiscalización del Departamento de Justicia, sobre el que ha afirmado que “iniciarán una profunda investigación en base a los hechos y no se dejarán piedras sin levantar”. Por último, McCarthy ha señalado directamente al titular del Departamento de Justicia, el fiscal general de la Administración Biden, Merrick Garland, contra el cual ha dejado entrever un futuro un procedimiento de impeachment o destitución, con el siguiente tenor: “fiscal general Garland, conserva tus documentos y despeja tu calendario”.
El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, exigió explicaciones al fiscal general del siguiente modo: “El país merece una explicación exhaustiva e inmediata de lo que condujo a los eventos del lunes. El fiscal general Garland y el Departamento de Justicia ya deberían haber brindado respuestas al pueblo estadounidense y deben hacerlo de inmediato”.
El senador Lindsey Graham también criticó lo ocurrido, insinuando la motivación política de la actuación del FBI, dada la proximidad de las elecciones de medio mandato de noviembre y la posibilidad de que Trump se postule nuevamente a la presidencia en 2024, con el siguiente tenor:
“En cuanto a los informes de los medios sobre un registro de la casa del presidente Trump en Florida por parte del FBI, me vienen a la mente varios pensamientos:
Estamos a 100 días de las elecciones de medio mandato.
Es probable que el presidente Trump vuelva a postularse en 2024”.
El senador Josh Hawley exigió que se depuren responsabilidades tanto en el Departamento de Justicia como en el FBI: “Como mínimo, el fiscal general Garland debe renunciar o ser sometido a un impeachment…La orden de registro debe publicarse, el director del FBI debe ser cesado y la institución reformada totalmente”.
Ari Fleischer, quien fuera secretario de Prensa de la Casa Blanca durante la presidencia de George Bush hijo, ha recalcado la necesidad de que se depuren responsabilidades en ambos organismos: “O el FBI encuentra alguna evidencia incriminatoria irrefutable o el fiscal general Merrick Garland y el director del FBI Christopher Wray deben dimitir, no hay término medio”.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, principal referente del trumpismo a nivel institucional, estrella emergente del partido y precisamente el gobernador del Estado donde tuvo lugar la controvertida redada, calificó al gobierno de Biden como un régimen dictatorial y puso de relieve la doble vara de medir de la agencia federal en su ataque incesante contra los republicanos y su guante de seda frente a los demócratas, con el siguiente tenor: “La redada en Mar-a-Lago es otra escalada en el uso de las agencias federales contra los opositores políticos del régimen, mientras que personas como Hunter Biden son tratadas con guantes de seda”. Tras lo ocurrido, DeSantis llegó a afirmar que EEUU se ha convertido en una “república bananera”.
En esta idea incidió el senador por Florida, Marco Rubio: “Usar el poder del gobierno para perseguir a los opositores políticos es algo que hemos visto muchas veces en las dictaduras marxistas del tercer mundo. Pero nunca antes en EEUU”.
El senador por Florida, Marco Rubio, señala: “Usar el poder del gobierno para perseguir a los opositores políticos es algo que hemos visto muchas veces en las dictaduras marxistas del tercer mundo. Pero nunca antes en EEUU”
El expresidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, ha valorado lo ocurrido, y ha advertido a la ciudadanía estadounidense de la peligrosa deriva que ha tomado EEUU y del peligro que supone este episodio para la libertad en la primera potencia mundial:
Otros también han incidido en la misma advertencia al pueblo estadounidense.
El exasesor de Donald Trump, Stephen Miller, ha indicado: “El FBI se ha convertido en la Guardia Pretoriana de la Administración Biden y cree que son ellos los que deciden quién puede y quién no puede ejercer el poder en Estados Unidos”.
El exagente del servicio secreto Dan Bongino: “Nadie en el círculo íntimo de Trump está a salvo, americanos ya no viven en una república constitucional”.
La periodista Megyn Kelly ha indicado que “la redada del FBI obedece al deseo interminable de los demócratas de conseguir involucrar a Trump en algo”.
Y sigue la fiesta de irregularidades en la actuación del FBI. El congresista republicano por Pensilvania, Scott Perry, aliado del expresidente Trump, ha denunciado que el FBI le ha confiscado el móvil, sin garantía alguna y sin permitirle contactar con su letrado, con el siguiente tenor:
El congresista republicano por Pensilvania, Scott Perry, aliado del expresidente Trump, ha denunciado que el FBI le ha confiscado el móvil, sin garantía alguna y sin permitirle contactar con su letrado
A pesar de lo ocurrido, durante los primeros días el Departamento de Justicia ha guardado silencio, mientras desde la Casa Blanca afirmaban que el presidente Biden se enteró de la actuación del FBI por la prensa.
Al final, el fiscal general Garland se ha visto obligado a comparecer, y lo cierto es que su errática intervención sonaba a una excusatio non petita accusatio manifesta. Por un lado, Garland manifestaba que él mismo aprobó personalmente la solicitud de la orden de registro para allanar el domicilio de Trump, al mismo tiempo que indicaba que su departamento solicitaría al juez la publicación de la orden de registro, los documentos adjuntos y el recibo de propiedad, que es un inventario de la propiedad incautada durante la búsqueda, pero sin aclarar, en sentido alguno, qué supuesto o supuestos delitos está investigando su departamento y qué pruebas e indicios tenían para concluir que encontrarían lo que estaban buscando en el domicilio de Trump.
La intervención de Garland pone todavía más en entredicho la afirmación de Biden de que se enteró por la prensa de la redada en la casa de Trump, cuando su propio fiscal general afirma ahora que él mismo aprobó personalmente la solicitud de la orden de allanamiento para allanar el domicilio de Trump. Una cosa es cierta, solo la Casa Blanca tiene menos credibilidad que el Departamento de Justicia.
La utilización por los demócratas de las instituciones federales para efectuar una cacería contra Trump y la oposición republicana, eleva la tensión en el país y puede precipitar un conflicto civil armado en las calles.
Bienvenidos a los Estados Bananeros de América.