Fue asesinado -dos tiros por la espalda- cuando participaba en un acto electoral en plena calle, para las próximas elecciones legislativas en Japón. 

Shinzo Abe fue durante casi nueve años primer ministro, algo impensable enJapón. 

Era miembro de Nippon Kaigi, un grupo patriótico japonés muy influyente, vivero del Partido Liberal Democrático, mayoritario que pretende el ejército permanente y que vigila a China y Corea del Norte. Abe participaba de la idea de que el Japón fue humillado tras la II Guerra Mundial y que debía recuperar su antigua gloria imperial.

En cualquier caso, el asunto es que se encontraba en Nara, en un acto electoral del Partido Liberal Democrático (PLD). Se dirigía a sus presuntos votantes, cuando un descontento con su política, no sabemos más, le disparó dos veces por la espalda.

La muerte de Abe revoluciona toda la seguridad en Extremo Oriente. Hasta ahora parece ser obra de un medio loco, y mejor sería que lo fuera entero, porque si no está loco, es que el nivel de violencia está creciendo en un país que no sufría ese mal. 

Recuerden que le mataron en plena calle porque los políticos japoneses rara vez organizan mítines, como en Europa o América. Y el siglo XXI, es el siglo de Asia.