Decíamos ayer que Tel Aviv había ordenado que se movilizasen unos 50.000 reservistas, que se unen a los 300.000 ya movilizados por la operación militar en Gaza en lo que parece indicar que prepara una acción armada contra Hizbulá en el Líbano. En palabras del presidente israelí, Benjamín Netanyahu, "estamos preparados para una acción fuerte en el norte". 

Todo parece indicar, pues, que Israel va a abrir un segundo frente en su guerra en Gaza, esta vez en la frontera con el Líbano para luchar contra los terroristas de Hizbulá.

Pero, en ese contexto, el ejército israelí ha atacado en las últimas horas una escuela de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), causando la muerte de al menos 37 personas. 

Tel Aviv ha reconocido el ataque y ha explicado que lo ha ejecutado porque en el interior de la escuela se escondían "terroristas que participaron en el ataque asesino contra comunidades del sur de Israel el 7 de octubre, que fueron eliminados".  Israel ha añadido que se "tomaron medidas para reducir el riesgo de dañar a civiles no involucrados". 

Sn embargo, Palestina ha comunicado que muchas de las víctimas eran civiles refugiados en la escuela y ha calificado el ataque de "horrible masacre" y un "crimen que avergüenza a la humanidad".

Tras este ataque, el Gobierno español, por medio de su ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha anunciado hoy que España se va a unir a la causa abierta en el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) contra Israel bajo la acusación de genocidio, una causa iniciada por Sudáfrica.  

El objetivo del Ejecutivo español, según Albares, es "la paz regrese a Gaza y Oriente Medio y es imprescindible que todos apoyemos al Tribunal, que se respeten sus medidas cautelares".