Desde que el pasado 7 de octubre se iniciase la guerra en la Franja de Gaza entre Israel y el grupo terrorista islámico Hamas (por los salvajes asesinatos de los terroristas en territorio judío), el teatro de operaciones bélicas en Oriente Medio se ha ido desplazando desde Gaza hasta la frontera sur del Líbano, donde habita Hezbolá, la milicia islamista de la rama chiíta que también ha sido objeto de ataques por parte de Israel. 

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El más espectacular de ellos tuvo lugar la semana pasada, cuando explotaron simultáneamente miles de buscas y walkies y varios de sus altos mandos fueron asesinados cerca de Beirut.

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El último de los ataques israelíes, efectuado entre la jornada de ayer lunes 23 y esta noche, ha sido un bombardeo en el Líbano que ha causado nada menos que 558 muertos (una treintena de ellos niños) y unos 1.835 heridos, según ha informado el Ministerio de Sanidad libanés.  

Además, el ejército israelí ha cruzado la valla fronteriza con Siria en el Golán y ha entrado unos 300 metros en la zona desmilitarizada:

El ministro de Sanidad del Líbano, el doctor Firas Abiad, ha venido proclamando estos días que los fallecidos a causa de los ataques israelíes son "mártires", la terminología que usan los islamistas para referirse a las víctimas de los ataques judíos.

Lo que demuestra que el Líbano, antiguamente tierra gobernada por los cristianos, ya es un país dominado por los islamitas. 

Volviendo a los ataques, cabe destacar que Israel está efectuando bombardeos -en diferentes zonas del sur del Líbano y del oriental Valle de la Bekaa, en el este del país- pero no ha ejecutado una invasión terrestre, dados sus fracasos anteriores en operaciones similares. 

Por cierto que los cristianos libaneses se están negando a acoger en sus hogares a partidarios de Hezbolá, por lo que estos tienen que huir a Siria:

En este contexto, y sabiendo que Hezbolá es un grupo terrorista yihadista respaldado por Teherán, tienen relevancia las palabras del presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, quien advertía ayer de las posibles consecuencias "irreversibles" de una guerra regional más amplia. Aseguraba que su país no desea ser "la causa de la inestabilidad en Oriente Próximo". "Queremos vivir en paz, no queremos la guerra. Es Israel quien busca crear este conflicto total". Luego, en otra entrevista, ha añadido que el grupo chií libanés Hizbulá "no puede enfrentarse solo" a Israel.

Esta mañana, en RNE, el alto representante para la política exterior de la UE, Josep Borrell, ha opinado que que "hacer explotar a distancia dispositivos que no se sabe dónde están cuando explotan es contrario a las Convenciones de Ginebra", ya que "no toma en consideración, cuando mata al objetivo que se persigue, cuáles son los efectos colaterales". Ha añadido que "Israel está sufriendo ataques por parte de Hezbolá, seguramente lanzados por Irán, y ha provocado que más de 100.000 personas hayan tenido que ser desplazadas al norte de Israel", "igual que en la frontera del Líbano han tenido que ser desplazadas por la respuesta israelí". Y ha lamentado que hay resoluciones de la ONU que ya describen estas situaciones y su posible solución que "no se aplican".