Se acercan las elecciones presidenciales de 2020, que serán probablemente las elecciones definitivas, no solo para Estados Unidos, sino para toda la civilización occidental. Una eventual derrota de Donald Trump en noviembre, supondría el fin del último resorte de resistencia contra el pensamiento único y la definitiva implementación de la dictadura del Nuevo Orden Mundial (NOM). Europa ya parece tierra conquistada e Hispanoamérica, casi.

Como era de esperar, continúa la campaña de acoso y derribo mediático contra el presidente Trump. Esta semana el protagonista ha sido John Bolton, quien fuera embajador de los Estados Unidos ante la ONU durante la Presidencia de George W. Bush y, hasta el pasado mes de septiembre, consejero de Seguridad Nacional en la Administración Trump. Bolton presentó su libro de memorias “El Salón dónde ocurrió. Memorias de la Casa Blanca”. Resumen: tras ser apartado de su puesto, en un arrebato de venganza, Bolton revela ciertos supuestos episodios secretos que ocurrieron durante su mandato en la Casa Blanca de Trump. No es un consejero muy discreto.

Como era de esperar, ninguna de las afirmaciones que realiza el diplomático están contrastadas y la Casa Blanca ya ha anunciado que ejercerá acciones legales contra Bolton. Esta es la historia de una venganza.

El exconsejero de Seguridad, arquitecto de la Guerra de Iraq, partidario de invadir Libia o de bombardear Irán, acusa ahora a Trump de ser un halcón

Pero, ¿quién es realmente John Bolton? John Bolton fue, durante la precitada presidencia de George W. Bush, uno de los principales representantes del movimiento neocon, junto con los exsecretarios de Estado Colin Powell o Condoleezza Rice. Un movimiento que buscaba una mayor agresividad en la política exterior por parte de EEUU, al mismo tiempo que apoyaban con entusiasmo el aborto o el matrimonio homosexual. Los conserva-duros son así.

En este plano, durante los años de la Administración Bush, Bolton fue uno de los políticos republicanos más denostados por parte de los demócratas, por cuanto se le consideró el arquitecto intelectual de la Guerra de Iraq en el año 2003, que culminó con el derrocamiento de Sadam Hussein. Este conflicto se considera como uno de los grandes errores estratégicos estadounidenses, que no solo contó con una gran oposición a nivel mundial sino también dentro del propio Partido Republicano, hasta el punto que, durante su campaña presidencial de 2016, el actual Presidente Trump consideró la intervención en Iraq como un grave error.

No acaba aquí el belicismo de Bolton, quien también apoyó la intervención militar en Libia, la misma que acabó con el régimen de Muammar Gaddafi durante el mandato de Barack Obama y que convirtió a Libia en un Estado fallido.

Los demócratas -Biden, Pelosi- repudiaban a Bolton, ahora le aplauden

Igualmente, en marzo de 2015, publicó una tribuna en el diario New York Times, apoyando un eventual bombardeo de Irán, manifestando que Para detener la bomba (nuclear) iraní, hay que bombardear Irán.

Sin embargo, tras la publicación de su libro de memorias, el anteriormente denostado por los demócratas John Bolton, se ha convertido en un héroe para el progresismo estadounidense hasta el punto de que la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, ha lanzado un capote a Bolton, afirmando que coincide con las consideraciones de su libro, en el sentido de que Trump no está capacitado para ser presidente.

Más llamativa ha sido la actitud del equipo de la campaña presidencial de Joe Biden, que ha corrido a hacerse eco del contenido del libro, dando por cierto que Trump habría solicitado ayuda al presidente de China Xi Jinping para garantizar su reelección. Precisamente a Jinping. Por supuesto, Bolton no detalla en qué consistiría dicha ayuda ni aporta prueba alguna de ello. Esta visto que si en las elecciones presidenciales de 2016, los demócratas inventaron la trama rusa, ahora, en 2020, es el turno de la trama china.

Bolton, como Powell o Rice son republicanos duros... tan partidarios de las bombas como del aborto o del gaymonio

De nuevo, la política hace extraños compañeros de cama y se cumple la máxima de que todo vale, al menos en el Partido Demócrata, con tal de derribar a Trump, desde incendiar las calles hasta apoyarse en radicales neoconservadores como John Bolton.