Como ha contado Hispanidad, desde el pasado 2 de mayo, fecha en que tuvo lugar la filtración del borrador del Tribunal Supremo que apuntaba a una mayoría favorable dentro de la Corte para la eliminación del precedente Roe contra Wade, que legalizó el aborto en Estados Unidos en 1973, se han venido sucediendo una serie de ataques y actos de vandalismo perpetrados contra organizaciones a favor de la vida e iglesias católicas. National Catholic Register informó que, al menos 11 iglesias y templos católicos habían sido atacados desde entonces.
Sin embargo, el ataque contra los templos cristianos en EEUU es un fenómeno que se viene produciendo desde hace tiempo. Así, la Conferencia Episcopal de Estados Unidos ha denunciado que, desde mayo de 2020, se han registrado 139 episodios de ataques contra iglesias católicas y contra los católicos. Entre los episodios de especial gravedad, destacan incendios provocados, amenazas y decapitación de esculturas y símbolos religiosos. Y es un fenómeno extendido por toda la nación, dado que los incidentes se han registrado en 35 de los 50 estados del país, así como en la propia capital federal Washington DC.
Este anticlericalismo rabioso es algo nuevo en la historia de los Estados Unidos
Y no solo los templos católicos han sido objeto de ataque, las iglesias protestantes también han sufrido la oleada anticristiana. En la pasada Navidad, un tiroteo en la Everlasting Life Holiness Church en el estado de Alabama, acabó con la vida de una mujer de 65 años que se encontraba dentro de la iglesia. A principios de 2022, en la ciudad de Búfalo, en el estado de Nueva York, un individuo penetró en una iglesia del centro de la ciudad, amenazando con asesinar al pastor y a los feligreses. También durante la pasada Navidad, un belén fue incendiado en la entrada de una iglesia evangélica en Vandalia, Ohio. En la ciudad de Summerville, en Carolina del Sur, una iglesia baptista fue profanada por un grupo de asaltantes que penetraron en la iglesia, rompiendo las ventanas con un extintor. Y en Carolina del Norte, una iglesia tuvo que ser evacuada por amenaza de bomba.
No son episodios aislados, sino un patrón de conducta establecido. Se trata de una situación anómala en la historia de Estados Unidos, un país donde el cristianismo siempre ha ocupado un papel relevante en la sociedad. Además, la nación americana se ha caracterizado por una notable protección de la libertad religiosa, de tal modo que la fe cristiana siempre se había podido practicar libremente, sin temor a señalamiento alguno.
Y la situación ha empeorado tras la confirmación del fallo del Tribunal Supremo en el caso Dobbs contra Jackson Women’s Health Organization de la semana pasada, que ha eliminado el precedente de Roe contra Wade, con la consecuente eliminación de la protección legal del aborto en la primera potencia mundial. Los grupos radicales abortistas, particularmente Jane´s Revenge (la Venganza de Jane), un grupo ultra violento que ya ha reivindicado como propios más de 50 de los actos violentos que se han dado en el último mes, ya habían anunciado que ejercerían la violencia extrema, y habían llamado a una "Noche de la Ira", si el Supremo acababa con el precedente de Roe contra Wade, como ha ocurrido. En este punto, los peores pronósticos se han confirmado y en la última semana se ha registrado un notable aumento en el número de ataques violentos contra templos cristianos, que han ocurrido en al menos siete estados. En Texas, en la ciudad de Harlingen, ha sido atacada la iglesia católica de San Antonio, donde los radicales abortistas han derribado una estatua de la Virgen María (como se puede ver en el vídeo).
Si el aborto no es seguro, vosotros tampoco estaréis a salvo
En Florida, una iglesia metodista en la capital del estado, Tallahassee, fue vandalizada con pintadas a favor del aborto. También en Fairfax, Virginia una iglesia católica fue pintada con mensajes contrarios a la decisión del Tribunal Supremo. En Luisiana, un monumento en honor a los niños no nacidos en una iglesia católica de Algiers Point fue desfigurado. En el Estado de Washington, un hombre de 31 años fue detenido por destruir dos puertas de la iglesia católica de Bellevue y atacar a un empleado de la parroquia. También se registraron graves amenazas en la iglesia de Todos los Santos de Portland, Oregón donde los radicales pintaron el siguiente mensaje: “Si el aborto no es seguro, vosotros tampoco estaréis a salvo”. El mismo inquietante mensaje ha aparecido en la iglesia de la Ascensión, en pleno Manhattan, en la ciudad de Nueva York. En el caso de la gran manzana, este amenazante mensaje iba firmado por el grupo fanático abortista Jane’s Revenge.
La preocupación crece en muchos sectores de la sociedad estadounidense, y destaca el silencio de la Casa Blanca de Joe Biden y del Partido Demócrata, que ignoran de forma reiterada los ataques y amenazas contra las iglesias en EEUU. Sobre todo, cuando el propio presidente Biden se confiesa como católico practicante. Llama la atención que el Departamento de Justicia de la Administración Biden y su responsable el Fiscal General Merrick Garland, no se den por aludidos, cuando de la lucha contra la persecución a los cristianos se trata.
Administración Biden y su responsable el fiscal general Merrick Garland, no se den por aludidos
La progresía mediática censura interesadamente los episodios de violencia contra los cristianos, que únicamente son condenados por la oposición republicana y por los propios líderes cristianos. Así, un grupo de congresistas republicanos, liderados por Brian Babin, representante del Estado de Texas, han promovido una resolución de condena de los ataques violentos de los grupos abortistas contra las iglesias y centros provida, calificando dichos ataques como actos de terrorismo violento doméstico. Dicha resolución no saldrá adelante, dado que los demócratas ostentan la mayoría en el Congreso y su líder, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien también se confiesa católica practicante, se ha negado a condenar los violentos ataques contra las iglesias. Y no solo eso, Pelosi ha ido más allá. La líder demócrata, a quien le fue negado el derecho a recibir la comunión en su propia diócesis por orden del arzobispo de San Francisco, por su posición favorable al aborto, ha afirmado: “Déjenme ser clara: una mujer tiene derecho a elegir y a cumplir con su responsabilidad, lo cual depende de ella, de su doctor, de su familia, de su marido y de su Dios”. Ha continuado señalando que “la politización del aborto es algo únicamente estadounidense” y ha finalizado indicando que “Otros países como Irlanda, Italia o México han adoptado legislaciones para ampliar el derecho el aborto, y son países muy católicos”.
El ataque indiscriminado contra los cristianos en Estados Unidos no tiene precedente en la primera potencia mundial. ¿Piensa hacer algo Joe Biden?