En Bolivia, el expresidente (entre 2006-2019) ultraizquierdista, socialista del siglo XXI y feminista Evo Morales está siendo investigado por los presuntos delitos de estupro con una menor de edad de 15 años (con la que supuestamente habría tenido un hijo) y de trata de personas, delitos que habría cometido en 2016. 

Morales tenía que declarar ayer jueves en un juzgado de la región sureña de Tarija, pero no se presentó, por lo que la fiscal boliviana Sandra Gutiérrez anunció que se emitirá una orden de detención contra él.

Gutiérrez señaló que "no se está vulnerando ningún derecho", como han afirmado Morales y sus abogados defensores, y añadió que "todo se está haciendo de manera transparente y apegados a la norma legal".

La defensa del también líder del Movimiento al Socialismo (MAS) usó como estrategia para que no se presentase una sentencia constitucional que ordenaría que el caso se trate en la región central de Cochabamba, que es donde reside. 

Lo curioso de lo que está sucediendo en Bolivia es que el actual presidente, Luis Arce, pertenece al mismo partido que Evo Morales, es decir, Movimiento al Socialismo (MAS). Pero entre ambos existe un enfrentamiento que ha llevado Morales a encabezar marchas contra el Gobierno de Arce con la excusa de la crisis económica y para exigir que se le habilite como candidato en las elecciones del próximo año. 

De hecho, el Gobierno de Arce ha sido quien ha reactivado la denuncia por presunto estupro contra Evo Morales

Y, en paralelo y en medio de la guerra entre ambos, una mujer ha denunciado a Arce por presunto abuso sexual y hostigamiento para que aborte