Ha sido el relevante senador por Florida, Marco Rubio, quien ha compartido en redes sociales un espeluznante vídeo acerca de cómo China domina Wall Street, así como a las élites progresistas de la primera potencia mundial. Lo cuenta el profesor Di Dongsheng, Vicedecano de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad de Renmin de Pekín:
Many on Wall Street act as lobbyists for the Communist Party of #China pic.twitter.com/uk216CtAcd
— Marco Rubio (@marcorubio) December 8, 2020
Ante una audiencia emocionada, afirma el docente: “En los centros del poder de Estados Unidos, tenemos nuestros amigos. Hemos influido en esos círculos durante los últimos cuarenta años. Desde los años 70, Wall Street tuvo una gran relevancia en la política doméstica y exterior americana y gracias a ello nosotros influíamos en EEUU. El problema es que desde 2008, el estatus de Wall Street había caído y lo que es más importante, desde 2016, Wall Street no controlaba la Casa Blanca porque no podía manejar a Donald Trump. Durante la guerra comercial entre EEUU y China, nuestros amigos en Wall Street nos intentaban ayudar pero no podían hacer gran cosa. Ahora que Biden ha sido elegido presidente, la élite tradicional, la élite política y el establishment, vuelven a dominar Wall Street y EEUU, así que ya sabéis lo que eso quiere decir”.
El controvertido vídeo, que ha sido objeto de un calculado silencio mediático, ha sido valorado por el Director Nacional de Inteligencia de EEUU, John Ratcliffe. Él mismo ha afirmado que China es la principal amenaza para EEUU y el mundo libre, porque “Pekín intenta dominar a EEUU y al resto del mundo económica, militar y tecnológicamente”. El jefe de la inteligencia estadounidense ha denunciado el parasitismo económico del gigante asiático señalando que “China roba a las compañías americanas la propiedad intelectual, copia la tecnología y entonces reemplaza a las empresas americanas en el mercado global”. Así, Ratcliffe ha advertido que China prepara un conflicto abierto con EEUU, al que América debe responder, ya que al igual que EEUU se enfrentó al fascismo y a la URSS, ahora esta generación será juzgada por cómo responde a la amenaza comunista china. Ha culminado su intervención afirmando que la lucha es existencial, ya que o prevalece EEUU y Occidente, o el mundo será dominado por la tiranía comunista china.
El jefe de la inteligencia estadounidense denuncia el parasitismo económico: “China roba a las compañías americanas la propiedad intelectual, copia la tecnología y entonces reemplaza a las empresas americanas en el mercado global”
El controvertido vídeo del docente chino ha visto la luz, en paralelo al escándalo que sacude al Partido Demócrata, precisamente por sus vínculos con el Partido Comunista de China. Sobre esta cuestión ha incidido el periodista estrella de la Fox, Tucker Carlson, que se ha convertido en el presentador con mayor audiencia en la historia del país en televisión por cable, quién ha analizado los vínculos de China con Wall Street y particularmente con el Partido Demócrata. Carlson ha denunciado que “frente a la élite americana que se caracteriza por su frivolidad y narcisismo progresista, los líderes chinos no son frívolos y estúpidos como los nuestros”. Ha señalado que el objetivo final del Partido Comunista de China es el control de la política estadounidense, advirtiendo acerca de la infiltración china particularmente en el Partido Demócrata de California. Así, ha relatado el caso de la espía china Christine Fang, quien haciéndose pasar por una estudiante de intercambio en California, comenzó una relación íntima con el congresista demócrata por California, Eric Swalwell, miembro del comité de inteligencia de la Cámara de Representantes. Como consecuencia de este lamentable episodio, el líder de los republicanos del Congreso, Kevin McCarthy, ha exigido la renuncia de Swalwell como integrante del comité de inteligencia de la Cámara. Siguiendo la clásica estrategia de impunidad progresista, Swalwell ha guardado silencio sobre estas graves acusaciones.
McCarthy también ha retratado cómo otro espía chino se infiltró durante más de veinte años en el equipo de la senadora demócrata por California, Dianne Feinstein, quién ostentaba la presidencia del Comité de Inteligencia del Senado.
La espía china Christine Fang se hizo pasar por estudiante de intercambio e inició una relación con el congresista demócrata Eric Swalwell, miembro del comité de inteligencia de la Cámara de Representantes
Es un buen momento para recordar que estos vínculos de China no se limitan a los demócratas de California, sino que afectan directamente a la propia familia del autoproclamado presidente electo Joe Biden. Como ya contamos,el diario New York Post denunció que Joe Biden y su hijo Hunter recibieron comisiones por su intermediación a favor de las autoridades chinas, particularmente a favor de la compañía energética china CEFC China Energy Co. Y ahora fuentes del FBI han confirmado que el hijo del previsible presidente de EEUU está siendo objeto de una investigación penal por sus negocios ilegales con China. Sobra decir que Joe Biden sigue guardando silencio acerca de estas graves acusaciones contra su familia.
Llama la atención que los mismos medios de comunicación que son muy locuaces cuando se trata de hablar de la patraña de la trama rusa, guardan silencio sepulcral ante el escándalo del “Chinagate”.
Mientras los demócratas están inmersos en su “pasión oriental”, siguen adelante las reclamaciones contra el fraude electoral. Esta semana, el fiscal general de Texas, Ken Paxton, interpuso una demanda solicitando al Tribunal Supremo que impida la certificación de los resultados electorales en los Estados de Georgia, Wisconsin, Michigan y Pensilvania, dado el aluvión de fraudes electorales que se están investigando en dichos Estados. A la petición de Texas, se han unido otros 17 Estados a través de sus fiscales generales. La cuestión no es baladí, ya que son más de un tercio de los Estados del país que representan a más de 100 millones de personas. Entre ellos se encuentran algunos de los más poblados del país, como son la propia Texas y Florida, segundo y tercer Estado más poblados del país, respectivamente. Esta petición refleja que, frente a la imagen que proyectan los medios de comunicación, el presidente Trump sigue contando con el respaldo de las bases republicanas y de la amplia mayoría de líderes del partido.
Las revelaciones acerca del control del Partido Demócrata y Wall Street por parte del comunismo chino conducen a que la lucha contra el fraude electoral afectará a la propia existencia de EEUU. La posible caída del presidente Trump y la entronización de Biden como presidente abona el terreno para el inminente dominio chino de EEUU… y de todo Occidente.