Empezamos esta crónica semanal de Hispanoamérica -en la que hacemos especial énfasis en la defensa de la vida, la familia natural, la libertad de enseñanza y el bien común, es decir, los principios no negociables establecidos por Benedicto XVI- en Colombia para defender el principio no negociable del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

En ese país, recientemente se ha aprobado una ley para prohibir las corridas de toros, porque para su presidente, Gustavo Petro, "quienes se divierten con la muerte de animales terminarán divirtiéndose con la muerte de seres humanos”. 

Sin embargo, esa misma y exquisita sensibilidad no la muestra el presidente ultraizquierdista cuando de defender la vida de los no nacidos, seres humanos, personas, se trata.

Y así lo denunció esta semana la senadora colombiana María Fernanda Cabal, durante el debate de aprobación de la citada ley protectora de los animales: “Cuando el congresista me dice ‘es que es la Corte’, yo le digo ‘sí’ y ‘no’, porque la Corte también ha sacado unas sentencias absurdas, como (cuando) acabó con la pesca deportiva porque el pez es sintiente”, pero permitió “el aborto a las 24 semanas” de gestación.

“24 semanas, en ese tiempo nació mi sobrino, enterito, completito, chiquito pero enterito. A esos sí no les importa desmembrar un bebé en el vientre, (pero) les da más pesar un toro de 1.600 kilos con cachos. Eso les da pesar. Un bebé, no. Entonces toda tergiversación de valores antinatura no queremos que se siga replicando aquí”, añadió.

En Colombia, la Corte Constitucional despenalizó el aborto en tres casos y lo legalizó hasta las 24 semanas de gestación, con su fallo 055, en el año 2022.

Estas fueron las palabras de la senadora colombiana: 

Seguimos en Colombia, donde el proyecto de ley 270-2024 pretende prohibir las aydas profesionales y asesoramientos a las personas homosexuales que quieren llevar un estilo de vida heterosexual.

Frente a esta legislación, la plataforma ciudadana Unidos por la Vida ha animado a firmar una campaña pidiendo al Senado que archive el citado proyecto de ley. En palabras de su presidente, Jesús Magaña, “entre otras cosas (este texto), prácticamente prohíbe a las personas tener un tratamiento frente a lo que se podría conocer como atracción por el mismo sexo o disforia de género, violando su libertad e inclusive la libertad de los padres de familia”. 

Magaña, además, denunció que durante la tramitación de la ley en el Congreso, “se hayan presentado en pleno los funcionarios de la embajada de los Estados Unidos para presionar”. Y e que “esta es una ley que está promoviendo el gobierno del presidente (Joe) Biden en todo el mundo y está haciendo una muy fuerte presión en Colombia para que sea aprobada”, añadió.

Seguimos en Colombia, donde la diócesis de Cúcuta ha sufrido un alarmante aumento de la violencia. Hasta del punto de que el rector del colegio Comfanorte, en el municipio de Los Patios, fue asesinado la semana pasada. 

Por ello, la iglesia católica ha pedido a las autoridades “continuar trabajando en pro de ofrecer tranquilidad y seguridad a los ciudadanos de Cúcuta, para que, ante esta ola de violencia, no pierdan confianza en las instituciones del Estado que en su esencia está el contribuir de manera contundente al progreso de la sociedad, desde la justicia y la paz”.

La Iglesia local indica que esto, además de generar “un ambiente de desesperanza y miedo”, irrespeta “de manera constante el don sagrado que Dios nos ha concedido: la vida”.