En la presentación de la publicación ‘Energía y Geoestrategia 2024’, el coronel José Pardo de Santayana Gómez-Olea, director interino del Instituto Español de Estudios Estratégicos, ha señalado que “el yihadismo crece en el Sahel, y el odio y el rencor nunca había tenido tanto peso geopolítico como ahora”. A todo esto se une que “uno de cada tres ciudadanos del mundo será africano”, así que habrá inmigración, y “España en unas décadas será como Cuba, un país de mulatos, y lo que nos preocupa es que esos inmigrantes lleguen radicalizados.

El coronel Pardo de Santayana ha referido que “el yihadismo crece en el Sahel, y el odio y el rencor nunca habían tenido tanto peso geopolítico” como ahora. Asimismo, ha recordado que de la guerra ruso-afgana nació Al Qaeda y de la invasión de Irak salió el ISIS, y se ha preguntado “¿qué ‘premio’ tendrá el conflicto de Gaza?”.

“El sur (en alusión a África) es una preocupación, y vemos que Rusia ha llegado para quedarse, y eso es una pesadilla, y China tiene una influencia enorme y no sólo ha llegado para quedarse sino para expandirse

Para este coronel y director interino del Instituto Español de Estudios Estratégicos “España es una potencia media regionalizada, sobre todo en Hispanoamérica y el sur de Europa”. Sin embargo, es precisamente “el sur (en alusión a África) una preocupación, y vemos que Rusia ha llegado para quedarse, y eso es una pesadilla, y China tiene una influencia enorme y no sólo ha llegado para quedarse sino para expandirse”. En esta misma línea, Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, ha referido que “en el Sahel la situación continúa deteriorándose” y que “Rusia ha ido aprovechando el espacio que ha dejado Europa”, algo que no es baladí porque “Libia emerge como país clave para la seguridad y para el suministro energético de Europa”.

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El coronel Pardo de Santayana ha señalado que “la geopolítica de la energía ha vuelto con mucha fuerza a la geopolítica mundial”. De hecho, EEUU se ha convertido en el primer productor de hidrocarburos del mundo y China lidera la producción de los materiales para la transformación del sector energética (paneles solares, baterías, etc.) y de sus minerales, y eso “le da un dominio sobre la geopolítica mundial”, por lo que “a ver quién le pone ahora límites”. Esta última consideración no es baladí, pues hace unos días la Comisión Europea ha aprobado la imposición de aranceles a los coches eléctricos chinos. Además, ha subrayado que “Rusia siempre ha empleado la geopolítica de la energía con fines estratégicos y su economía crece más que la de Europa en 2023”, y en ello ha contribuido la energía, pese a las sanciones europeas y el desplome de su suministro al viejo continente.

“Rusia siempre ha empleado la geopolítica de la energía con fines estratégicos y su economía crece más que la de Europa en 2023

 

Para el citado coronel no hay dudas de que “el mundo está cambiando, ese es el principio del sistema internacional, y hay que tener capacidad de adaptarse”. Además, se viven tiempos de “incertidumbre al cuadrado y nadie sabe cómo va a acabar esta pugna geopolítica” que definirá el nuevo sistema.

Por su parte, el teniente general Fernando García González-Valerio, jefe del Estado Mayor Conjunto, ha destacado que “somos una nación relevante por nuestra capacidad industrial, nuestra posición geográfica y hasta manera de ser, pero tenemos que tratar de ser puntera en todos los ámbitos”. Dado que la energía se está utilizando como arma de guerra” también toca “defender nuestras infraestructuras y garantizar nuestros suministros” en un momento en el que ha aumentado la energía que usan las Fuerzas Armadas en los cinco dominios en los que operan (tierra, mar, aire, cibernético y espacial), y “hay combate en los cinco”. Además, ha aludido a que “para contribuir a mantener la seguridad y a preservar los derechos y libertades de los españoles, las Fuerzas Armadas estudian, analizan y evalúan no sólo los riesgos y amenazas tradicionales, sino también las tendencias y desarrollos energéticos; tanto por su influencia en el panorama geostratégico, como para lograr una mayor eficiencia, autonomía, resiliencia y sostenibilidad coadyuvando de esta manera, a mitigar los efectos del cambio climático”. Eso sí, apuesta por “una transición muy gradual porque protegemos intereses nacionales, y debe haber un equilibrio entre transición ecológica, innovación y asegurar nuestras capacidades” (aludiendo a las de las Fuerzas Armadas).