Empezamos esta crónica semanal de Hispanoamérica  —en la que hacemos especial énfasis en la defensa de la vida, la familia natural, la libertad de enseñanza y el bien común, es decir, los principios no negociables establecidos por Benedicto XVI—  en Costa Rica, para defender la ley natural frente a la ideología de género y frente a la cultura abortista.

Recientemente informamos de que la Iglesia católica había pedido defender al país de las imposiciones ideológicas, como el abortismo o la ideología de género.

Y precisamente, la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR) —junto a la Federación Alianza Evangélica Costarricense (FAEC) y el Frente Nacional por la Vida— convocó una marcha el pasado sábado 30 de septiembre en la que miles de personas se manifestaron en las calles de San José de Costa Rica para mostrar su apoyo a la “defensa de los derechos y la dignidad de la niñez”.

Los organizadores del evento —que llevó como lema ‘Nuestros niños son sagrados’—, indicaron a ACI Prensa que la marcha reunió entre 700.000 y un millón de personas, preocupadas “por el bienestar y la protección de los niños en Costa Rica”.

Al finalizar el evento, los grupos de la sociedad civil y religiosos se comprometieron a organizar un movimiento social en toda Costa Rica para promover la protección de los “no nacidos y trabajar contra el aborto, la trata, la explotación sexual de niños, la pedofilia, el tráfico de órganos y la ideología de género”, entre otros temas.

Nos vamos ahora a México, para defender el principio no negociable del derecho a la vida. En una manifestación pacífica y silenciosa, un grupo de personas guardó un minuto silencio por los abortos cometido en el país frente al Congreso del Estado de México.

En el Código Penal del Estado de México, el aborto es considerado un delito, despenalizado en casos de “acción culposa” de la madre, de violación, de riesgo de vida de la madre y cuando el bebé pueda nacer “con trastornos físicos o mentales graves”.

Pero miembros del Congreso estatal aseguraron recientemente a la prensa local que la despenalización del aborto se analizará como una forma de responder a la resolución de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que el pasado 6 de septiembre declaró “inconstitucional el sistema jurídico que penaliza el aborto en el Código Penal Federal”.

Por ello, ese acto simbólico del minuto de silencio se realizó ante lo que consideran una “amenaza latente” de que los diputados locales modifiquen el marco legal que defiende a la vida, recoge Aciprensa.

Los defensores de la vida congregados en el exterior del Congreso señalaron que “el aborto es la claudicación del Estado ante las dificultades que enfrenta la mujer”, por lo que exigieron “apoyos verdaderos a las mujeres que se encuentran en situaciones difíciles cuando pasan por un embarazo”. “Hay madres que han sido valientes y están sacando adelante a sus hijos bajo la indiferencia de las autoridades que no buscan generar mejores condiciones para ellas”, indicaron.

En esta campaña oramos para que nuestros congresistas aprueben un código penal provida, que defienda la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural

En la ciudad de Santo Domingo, en República Dominicana, dio inicio el pasado 27 de septiembre la campaña «40 Días por la Vida». El evento que busca defender a los que no tienen voz se llevará a cabo diariamente frente al Congreso Nacional y finalizará el 5 de noviembre.

Los principales encargados de la campaña enviaron una nota a ACI Prensa, en la que afirmaron: «En esta campaña oramos para que nuestros congresistas aprueben un código penal provida, que defienda la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural».

«Sabemos que el tema lleva muchos años de discusión en el Congreso Nacional, incluyendo los tres años del presente gobierno, siendo aprobado por el Senado y la Cámara de Diputados, pero lamentablemente no ha sido promulgado por el presidente de la República».

«40 Días por la Vida» se trata de una campaña de alcance internacional que busca poner fin al aborto a nivel local mediante un enfoque integral que incluye oración, ayuno, vigilias pacíficas y la participación activa de la comunidad durante un período de 40 días consecutivos, las 24 horas del día. Esta iniciativa se lleva a cabo frente a empresas e instituciones que respaldan el aborto.