Washington DC, capital federal de Estados Unidos a un día de las elecciones: tiendas, locales, sedes de organismos oficiales aparecen cerrados y con elementos de protección y barreras. La misma escena se repite en otras grandes metrópolis del país como Nueva York o Los Ángeles. 

Otra novedad en Estados Unidos: el bando progre sólo aceptará los resultados electorales… si ganan ellos

Podrían encontrar la explicación de este curioso fenómeno en las afirmaciones del consenso mediático progresista global, que lleva introduciendo durante semanas el falso mantra de que Donald Trump no aceptaría los resultados de las elecciones en caso de ser derrotado. Ya saben: dime de qué me acusas y te diré de qué adoleces.

Pero no, no es esta la causa. Hagamos memoria. Hace cuatro años, en la noche electoral de 2016, cuando ya se había confirmado la victoria de Donald Trump, ocurrió algo inédito en la historia de EEUU: la candidata demócrata, perdedora de las elecciones, Hillary Clinton, se negó a comparecer públicamente para pronunciar el tradicional “concession speech”, el discurso por el que el candidato presidencial derrotado acepta la victoria de su rival… convirtiéndose en la primera candidata presidencial de la historia en incumplir esta ‘obligación’. Hillary no compareció para pronunciar el discurso hasta la mañana siguiente.

El problema empezó en las elecciones de 2016, cuando Hillary Clinton, se negó a comparecer públicamente para pronunciar el tradicional “concession speech”, algo nunca visto

Peor aún: durante los meses siguientes, los medios de comunicación y los líderes demócratas siguieron cuestionando la victoria de Trump y agitando el fantasma de la falsa trama rusa e incluso promovieron que se volvieran a recontar los votos en numerosos Estados.

Todo vale contra Trump: en 2016, los demócratas lanzaron la trama rusa para deslegitimar la victoria del actual presidente

Esta situación se volverá a producir este martes… en caso de victoria de Donald Trump. Si no, seguro que no. Les apuesto que de darse esta situación, comenzarán a arder las calles gracias a la colaboración de los civilizados muchachos del movimiento marxista Black Lives Matter. Desde los medios de comunicación se cuestionará el resultado electoral, alegando la falsa trama rusa o solo Dios sabe qué trama o qué fraude. Y al igual que Clinton, Biden cuestionará el resultado electoral. Ojo, esto sólo ocurrirá en caso de triunfo de Trump. No duden que en caso de victoria de Biden, los medios de comunicación hablarán de la limpieza del proceso electoral, y no habrá disturbios en las calles. A fin de cuentas, los que los van ocasionar habrán ganado las elecciones y no querrán hacer “arder el sistema”. Recuerden las palabras del líder de Black Lives Matter en Nueva York, Hawk Newsome: “Si este país no nos da lo que queremos, haremos arder el sistema”. Toda una declaración de intenciones que se ha venido verificando durante estos meses con los disturbios que han causado el pánico en el país, y que seguirán solo si Trump es elegido presidente. Es la forma de entender la democracia según el Partido Demócrata, la misma solo existe si ellos vencen e imponen su sectarismo, eso sí, sectarismo progresista.