Hispanidad publica todas las semanas esta sección en la que nos centramos en la región de Hispanoamérica, tratando de destacar noticias que recojan -tengan relación y, sobre todo, defiendan- el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, con la familia natural (la formada por hombre y mujer), con el derecho de los padres a elegir la educación que deseen para sus hijos de acuerdo con sus convicciones y creencias y, por último, noticias que defiendan el bien común en todas sus formas (es decir, los principios no negociables para una acción política basada en el humanismo cristiano, establecidos por el Papa Benedicto XVI).

Esta semana comenzamos en Ecuador, donde, al igual que en otros países, se libra una batalla contra la ideología de género, una perversión que difunde que cada persona puede elegir su género con independencia de su biología y atendiendo únicamente al deseo de la voluntad, lo cual, atenta contra la ley natural, porque todo el mundo sabe con la sola razón --está inscrito en su conciencia-- que se nace hombre o mujer y nadie nos pidió permiso para ello, como tampoco para nacer.

En Ecuador, la Corte Constitucional (el máximo órgano jurídico del país) valora legalizar los “cambios de sexo” en los documentos de identidad de menores de edad, según han denunciado organizaciones provida. El legislativo se había pronunciado en contra de esa norma e abril del año pasado, pero la legislación del país permite a la Corte Constitucional emitir jurisprudencia vinculante.

Martha Cecilia Villafuerte, fundadora y directora nacional de Familia Ecuador, declaró a Aciprensa: “Sería una destrucción de la patria potestad y la preservación de los valores familiares, ya que entraría el Estado como ‘salvador externo’ -término utilizado por la misma Corte en estos casos- para quebrantar los vínculos de protección y derecho parental”.

Seguimos esta crónica en México, donde la nueva presidenta, la ultraizquerdista Claudia Sheinbaum, está superando los récords de ineficacia de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, en su lucha contra la violencia y la delincuencia organizada.

Un ejemplo de ese fracaso Sheinbaum es que la violencia está afectando a los niños de dos maneras: sufriéndola, pero también ejerciéndola. Así lo ha denunciado el Obispo de la Diócesis de Irapuato, en el estado mexicano de Guanajuato, Mons. Enrique Díaz Díaz, en referencia al reciente suceso por el que unos individuos dispararon más de veinte tiros contra un grupo de adolescentes, matando a dos de ellos.

Mons. Enrique Díaz Díaz denunció que los niños “ya están entregados a la violencia, que han sido cooptados por el crimen, que los transforman en halcones [personas contratadas para vigilar a la policía], en sicarios también”. “¿Qué está haciendo la autoridad? Porque es algo que se va propagando más fuerte. Y, ¿qué estamos haciendo cada uno de nosotros para resolver la violencia?”, cuestionó el obispo.

Y destacó que si bien es responsabilidad de las autoridades atender esta situación, también recae en los “padres de familia, pero también escuela, pero también nosotros como Iglesia Católica”.

Nos vamos ahora a Nicaragua, país que sufre una terrible dictadura por parte del matrimonio de Daniel Ortega y Rosario Murillo desde que se hiciesen con el poder, en enero de 2007 (aunque anteriormente Ortega presidió un mandato presidencial entre 1985 y 1990).

El sandinista, lejos de apaciguarse con los años, se ha vuelto cada vez más dictador. Y ha endurecido la represión, sobre todo tras las protestas ciudadanas de 2018.

Y una de las instituciones que persigue con más saña es la iglesia católica, pues ésta fue una de las que más alzó voz contra esa represión y Ortega sabe perfectamente que predica libertad y dignidad humanas, ambas pisoteadas por él.

Ante esta situación, Mons. Silvio Báez, Obispo Auxiliar de Managua y exiliado en Estados Unidos por culpa de la dictadura, pidió rezar durante este año 2025 para rogarle al Señor el “milagro” de ver a Nicaragua liberada, próspera y en paz. “Les recomiendo: no olvidemos a nuestro país, no olvidemos a nuestro pueblo, sobre todo en la oración. Los momentos que vivimos son de gran incertidumbre, de mucha oscuridad”, dijo el prelado nicaragüense al concluir la Misa que presidió en la St. Vincent de Paul en Los Ángeles (EE.UU.) el sábado 4 de enero.