Cuando el Tribunal Supremo de EE.UU. puso fin a la protección legal del aborto, en Hispanidad aseguramos que la batalla por la vida daba comienzo. Los demócratas con el 'muy católico' Biden a la cabeza han hecho del 'derecho' al aborto su bandera y pretenden burlar la sentencia del Tribunal Supremo por las vías legislativa, judicial… y violenta.
Ahora dan un paso más y la Agencia de Medicamentos de EE.UU. premitirá que las pastillas abortivas se puedan vender en las farmacias. La Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha publicado este martes la nueva normativa sobre las píldoras abortivas de mifepristona por la que se permite a cadenas de farmacias, como CVS o Walgreens, venderla en sus establecimientos.
Hasta ahora solo los médicos y las clínicas abortistas podían dispensar las píldoras, las únicas condiciones que se ponen en la nueva normativa para poder comprarlas en farmacias es que se tenga receta de un médico y que esté dentro de las diez primeras semanas de embarazo. No se crean que este último requisito es porque les preocupe la vida del niño, sino porque estas píldoras no son nada seguras.
Y es que, además del homicidio principal, la muerte del ser más indefenso, cualquier tipo de aborto supone un riesgo para la madre, porque todo lo que es malo para el bebé es malo para la madre. Así, con un aborto quirúrgico, es decir, aspirar al niño, las mujeres se enfrentan a endometriosis, infecciones o perforaciones del útero. Y si hablamos del químico, de la píldora abortiva, estaríamos ante peligrosas infecciones (sepsis) que suponen una emergencia médica que puede ser mortal y grandes pérdidas de sangre que requieren pasar por quirófano para salvar la vida de la mujer. De ahí, la restricción de semanas, a más días, el niño estará más formado y será mayor, por lo que costará más y será más peligroso expulsarlo en casa.
En definitiva, Biden aprueba el teleaborto, facilitar el aborto: a la carta, con anticonceptivos a domicilio. Un paso más. Ya sólo le queda legalizar el infanticidio.