La asociación provida Alliance Defending Freedom (ADF) demandó en noviembre a la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) por haber autorizado el uso de la mifepristona y pidió una orden judicial inmediata para retirar el químico de la lista de medicamentos aprobados en EE.UU.

El uso de estas píldoras es el que provoca el denominado aborto farmacológico, consiste en tomar dos medicamentos en dos fechas distintas que, combinados, provocan la expulsión del contenido del útero. Primero se toma la Mifepristona, "fármaco que bloquea la producción de progesterona": bloquear su producción supone algo así como asfixiar al feto. Segundo se toma el Misoprostol, "que es el que provoca la expulsión de la gestación", este medicamento produce contracciones en el útero, es decir, se expulsa mediante un fuerte sangrado el bebé que previamente has asfixiado. Y claro, si se concluye que el medicamento es peligroso y no debe venderse, el aborto farmacológico se vería reducido drásticamente porque el segundo medicamento, el Misoprostol no es tan efectivo cuando se toma solo.

Desde la asociación defienden que la FDA se excedió en su autoridad al aprobar la Mifepristona mediante un proceso de revisión acelerado reservado para medicamentos para tratar "enfermedades graves o potencialmente mortales".

La decisión reacaía en el juez federal de Texas, Matthew Kacsmaryk, nominado por el expresidente Trump, quien ha decido retirar la autorización para comercializar la píldora abortiva mifepristona. El fallo no tendrá vigencia inmediata puesto que el Gobierno puede apelar, algo que el propio Joe Biden ha asegurado que harán, a través de un comunicado: "Mi administración peleará esta decisión", mostrando su desacuerdo porque el aborto esté siendo vulnerado por "esta clase de ataques ideológicos y políticos". 

En la misma línea, la vicepresidenta, Kamala Harris, afirmó que esta "decisión sin precedentes amenaza los derechos de las mujeres en el país a tomar decisiones sobre su salud y su capacidad de acceder a los medicamentos recetados por sus médicos". Por su lado, el grupo que interpuso la demanda elogió la decisión, que consideró "una victoria para la salud y la seguridad de las mujeres y las niñas". 

El fallo ha pasado a la corte federal de apelaciones de Nueva Orleans que ha dictado que la autorizacion de la píldora pero con medidas más restrictivas. Para tener acceso se necesitarán tres visitas al médico y tendrán que adquirirse en las siete primeras semanas de embarazo, frente al plazo de diez semanas que se daba antes. 

Este fallo también puede ser recurrido, por lo que la decisión definitiva pasaría a corresponderle a la Corte Suprema de los Estados Unidos, mismo tribunal que anuló Roe v. Wade.