Contamos en Hispanidad que los demócratas de Biden había respaldado la colocación de un altar a Satanás en el Capitolio de Iowa, escudando su decisión en que la Constitución defiende la "libertad religiosa".

Los republicanos, que controlan la Cámara y la gobernación intentaron retirarlo, pero los demócratas presentaron una cautelar para impedir que lo desmantelaran. Incluso la gobernadora republicana Kim Reynolds, aseguró que le parecía “deplorable” pero sólo podía animar "a todos los creyentes a que se unan a mí hoy para orar ante el Capitolio y reconocer el belén que se exhibirá: el verdadero motivo de la temporada”. 

Pero el pasado jueves se 'acabó' el satanismo representado en el Capitolio, y no fue gracias a los políticos, sino a un veterano de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, Michael Cassidy, cristiano que entró en el Capitolio y destruyó la estatua.

Este valiente hecho le costó a Cassidy que le hayan acusado de "conducta criminal en cuarto grado", según afirmó el Departamento de Seguridad Pública de Iowa. Se trata de un delito leve: se enfrenta a 1 año de prisión y una multa de 2.560 dólares.

Por lo que decidió financiar su multa y su defensa abriendo una petición para recibir fondos en GiveSendGo: en tan sólo 24 horas había recaudado 40.000 dólares y el martes ya llevaba 78.000. 

"Mi conciencia está al servicio de la Palabra de Dios, no de decretos burocráticos, así que actué", declaró Cassidy a la web The Sentinel, además ha asegurado que el dinero que sobre de sus gastos legales los destinará a "un fondo legal cristiano".