Todo comenzó con el fallo de la Corte Suprema de Alabama (EEUU) cuando reconoció que los embriones humanos congelados son niños, o sea, seres humanos. Esto provocó que los demócratas de Biden emprendieran su nueva batalla: la protección de las FIV, ojo, no porque defiendan la vida o a la familia, sino porque algo tan progresista como la Fecundación In Vitro puede hacerles obtener votos en las elecciones presidenciales. 

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Ahora los republicanos del Senado han bloqueado una legislación impulsada por los demócratas que pretendía proteger el acceso a la FIV: el paquete de medidas, llamado Ley de Derecho a la FIV, se componía de varias normas. Por ejemplo, proteger el derecho a recibir y brindar servicios FIV desde el Gobierno, mientras estos tratamientos sean más asequibles, o intentar usar, al igual que en el aborto, el Medicaid, el programa que proporciona seguro médico a los estadounidenses de bajos ingresos. La idea, como decimos, es la misma de Obama con el aborto, si no proporcionas FIV en tu hospital porque, por ejemplo, tu ética no te lo permita, no podrás tener el Medicaid. 

Además, las medidas se enfocaban a que todos los estadounidenses tuvieran acceso, por ejemplo, la pareja gay que demandó a Nueva York por negarle las ayudas económicas porque el sistema aclara que se necesita ser infertil para poder acceder a las ayudas, y para ser infertil y gestar hace falta una mujer. 

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"Ahora que la extrema derecha ha terminado de eliminar a Roe (aborto), están poniendo sus miras en la FIV", aseguró el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, después de la votación del jueves. "Al bloquear la Ley de Derecho a la FIV, los republicanos del Senado se han alineado con los extremistas del MAGA que han dejado claro que la FIV es su próximo objetivo".

Pues el demócrata lleva razón en una cosa, los republicanos hacen bien en fijar su nuevo objetivo en la FIV. Y es que, como hemos dicho en Hispanidad en numerosas ocasiones, la Fecundación In Vitro se disfraza como vida, aunque lo que ofrece es muerte.

Vayamos por partes, primero para las FIV habría que establecer el sistema alemán, ¿quieres un hijo? ¿cinco? Bien, se fecundan uno o cinco embriones y se implantan todos y tienes un hijo o quintillizos, pero nada de congelar en una nevera varios embriones, que es lo que se hace actualmente. El proceso de la FIV es caro y no se caracteriza por su alta probabilidad de éxito, por lo que cuando se extrae el material genético del padre y la madre se fecundan varios óvulos, dando lugar a varios embriones, es decir, a varias vidas. Por lo que sí, claro que eso supone dar vida, pero ahora viene la segunda parte, se introduce en la mujer uno de esos embriones y si agarra y el proceso resulta exitoso, los otros embriones, insistimos, el resto de niños, se quedan en un congelador a la espera de su turno o de ser destruidos o, de que se les use para investigaciones científicas. 

Y segundo, una cosa es que una pareja recurra a las FIV para poder tener un hijo y otra bien distinta la conocida como inseminación artificial heteróloga, es decir, en la que uno de los dos progenitores son donantes, de semen o de óvulos. Ahí volvemos a caer, por un lado en la mercantilización del hombre y la mujer, y, por otro, en la falta de derechos del niño que nacerá, que tiene todo el derecho en conocer sus orígenes, a saber quién es su padre y su madre. 

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