Según informa Friday Fax, el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, organismo de la ONU encargado de coordinar las ayudas a los países más necesitados para hacer frente a la escasez de alimentos, se ha visto obligado a paralizar un acuerdo debido a la insistencia de Estados Unidos y la Unión Europera por promover la agenda LGTBI y Trans en el tratado. Al parecer, países como Indonesia, China, la Federación Rusa, Sudán, Camerún, Malasia y la Santa Sede se negaron a continuar con el acuerdo, que debía versar sobre seguridad alimentaria, al detectar que se incluirían directrices internacionales en materia de idología de género.
El Gobierno de Biden y la Unión Europea aseguraron que solo aceptaría el acuerdo -insistimos, en materia alimentaria-, si éste incluía términos como: “formas múltiples e intersectoriales de discriminación”, “mujeres en toda su diversidad” y “salud y derechos sexuales y reproductivos”. Ambos Gobiernos cuentan con el apoyo y respaldo de la oficina de derechos humanos de la ONU, es más, esta oficina presentó una intervención por escrito en la que afirmaba que las cuestiones de homosexualidad y transexualidad habían sido resueltas y aceptadas en las resoluciones de la Asamblea General. Sin embargo, la Asamblea General de la ONU nunca ha aceptado esos términos.
El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial acordará continuar las negociaciones sobre las “Directrices voluntarias sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en el contexto de la seguridad alimentaria y la nutrición” en los próximos meses, con la esperanza de alcanzar un acuerdo en la próxima sesión del comité en 2023.
O dicho de otra forma, los muy humanitarios, solidarios y progres gobiernos de Biden y los países 'desarrollados' occidentales ven completamente necesario y primordial que en países donde la población muere de hambre, las mujeres se empoderen y hablen en lenguaje inclusivo. Por supuesto, los 8.500 niños que mueren por hambre al día están pensando cómo pueden ser más inclusivos, naturalmente. Y ojo, se ve lo que les importa a Biden y a sus socios europeos la seguridad alimentaria: mucho más importante la igualdad de género, dónde va a parar.