Históricamente, los presidentes de Estados Unidos en el ejercicio del cargo se presentan a la reelección con pleno apoyo de su partido. Sin embargo, esta regla no escrita puede no cumplirse en el caso del presidente Joe Biden. Si bien Biden ha mostrado su voluntad de repetir como candidato demócrata en las próximas elecciones presidenciales, las dudas comienzan a surgir en las filas demócratas, dados los lamentables datos de popularidad del inquilino del Despacho Oval.
En apenas un año y medio de presidencia, la desastrosa gestión de Biden, incluyendo la crisis económica y la elevada inflación, el desastre de Afganistán y de Ucrania, el ecologismo radical, el extremismo abortista, el ataque a la independencia judicial y el acoso al Tribunal Supremo, así como la inseguridad en las calles y la crisis de delincuencia que asola EEUU agravada por los movimientos para retirar la financiación de la policía impulsados por su propio partido, han llevado al actual presidente a los mínimos de popularidad desde que tomó posesión. Todo ello unido al aparente deterioro cognoscitivo de Biden, quien además llegaría a un segundo mandato con 82 años, lleva a cuestionar no solo que el demócrata sea reelegido, sino que sea el candidato de su partido en las próximas elecciones presidenciales que se celebrarán en noviembre de 2024.
El hundimiento de popularidad de Joe Biden hace que los demócratas cuestionen su candidatura a la reelección
Y no es para menos la preocupación de los demócratas, dado que si bien los datos de popularidad de Biden nunca han sido especialmente buenos, ahora que apenas quedan cuatro meses para las elecciones de medio mandato de noviembre, su valoración ha alcanzado el mínimo de su presidencia. Según Real Clear Politics, que recoge la media de todos los sondeos de valoración, Biden tiene una aprobación de apenas un 38% por un 56% de desaprobación, es decir, unos índices negativos de casi 18 puntos. En el mismo momento de su presidencia, el expresidente Donald Trump, a pesar de toda la cacería mediática a la que fue sometido, registraba unos índices negativos de 10,7% es decir, en conjunto una valoración superior en siete puntos a la que ostenta Biden. Pero sin duda, el mayor mazazo para Biden ha venido del diario New York Times, buque insignia del progresismo estadounidense, que ha publicado un sondeo de valoración, que es todavía más oscuro para Biden, dado que, según el rotativo neoyorquino, la desaprobación de la ciudadanía sobre la gestión de Biden alcanza el 60%, por apenas un 33% de valoración positiva. Y otro dato especialmente preocupante, dentro de las bases demócratas: un 64% no desea que Biden sea al candidato demócrata a la presidencia en 2024. Una percepción que alcanza al electorado general, por cuanto un 71% de los americanos no quieren que sea candidato en 2024, por apenas un 29% que sí desearía verle como candidato a la reelección.
Preguntado por el sondeo en cuestión, Biden ha contestado visiblemente enojado a un periodista. Así, cuando este último le ha preguntado su parecer ante la encuesta que recoge que un 64% de los demócratas no quieren que sea candidato a la reelección y que preferirían otro candidato, Biden ha respondido: “Lee las encuestas, lee las encuestas, Jack. Sois todos iguales. Esa encuesta dice que un 92% de los demócratas me votaría si fuera el candidato”.
“You’re all the same.” pic.twitter.com/BhJtkhl5th
— R.J. Kassam (@RaheemKassam) July 13, 2022
Así, Biden se negaba a pronunciarse sobre lo que le preguntaba el periodista, que era su valoración acerca de que la mayoría de su partido quiere otro candidato para las próximas presidenciales, aferrándose al detalle de que un 92% de los demócratas le votaría si no surgiera otro candidato y acabara siendo él. Hombre Joe, ese es poco consuelo, raro sería que las bases demócratas no apoyaran a su candidato si no tienen otra opción.
Una de las claves del deterioro en la popularidad de Biden está en su caída de popularidad entre los hispanos, uno de los grupos demográficos más relevantes, dado que es la minoría racial más numerosa al constituir un 18,7% de la población, frente al 12,4% de afroamericanos y al 7,2 % de asiáticos, y que si bien históricamente han sido pieza clave del electorado demócrata, cada día se alinean más con los republicanos.
El trumpismo se consolida como corriente hegemónica en el Partido Republicano
Así, dado que los blancos votan mayoritariamente republicano, y los afroamericanos demócrata, el voto hispano suele ser determinante en las elecciones. Y los datos no pueden ser peores para Biden, dado que sus índices de aprobación en el electorado hispano son casi tan bajos como entre los blancos. Así, un 65% de los blancos y un 63% de los hispanos suspenden a Biden como presidente, por tan solo un 30% y un 32% respectivamente que aprueban su gestión. Y si esos datos se trasladan a un escenario de elecciones presidenciales, las conclusiones son todavía más nefastas para Biden. Así, en las pasadas elecciones presidenciales de 2020, un 65% de los hispanos votó a Biden por un 32% a Trump. Sin embargo, de repetirse ahora un duelo Biden contra Trump, Biden obtendría un 42% del voto hispano por un 39% que votaría a Trump. Es decir, la diferencia entre Biden y Trump entre los hispanos, pasa de más de 30 puntos a apenas 3 puntos. Un descalabro olímpico, que podría dejar fuera de la Casa Blanca a Biden, dado que unido a que el electorado blanco, que es el más numeroso, vota mayoritariamente a Donald Trump, sin un apoyo relevante entre los hispanos, la reelección sería misión imposible para los demócratas.
Sin embargo, el gran problema de los demócratas es la ausencia de banquillo para sustituir a Joe Biden. Así, la que sería su sucesora natural, la vicepresidenta Kamala Harris, tiene unos datos de valoración peores que su jefe de filas, y entre los restantes rivales demócratas de Biden en las primarias de 2020, ningún candidato logra ganar el fervor de las bases progresistas. Algunos porque no cumplen los estándares de reemplazo generacional que solicitan los demócratas, como es el caso del senador Bernie Sanders, icono del sector progresista del partido y gran rival de Biden en 2020, que es incluso mayor que este último, y llegaría a las presidenciales de 2024 con 83 años. Y en el caso de otros candidatos como el actual secretario de Transporte de la Administración Biden, Pete Buttigieg, o la senadora Amy Klobuchar, su problema es que no acaban de despegar en los sondeos. No obstante, siempre cabría esperar el posible regreso de la exprimera dama Michelle Obama, quien sigue teniendo buena valoración entre las bases demócratas y aunque está alejada de la primera línea política, ello no sería óbice para que la progresía mediática apoyase su retorno.
Por su parte, en el plano republicano, pese a la desazón que genera en el progresismo occidental, la realidad es que no hay alternativa al trumpismo, y así lo confirman las encuestas. Así, según el mismo sondeo del New York Times, el expresidente Donald Trump sería abrumadoramente elegido como candidato a las elecciones presidenciales de 2024 por los republicanos. Así, Trump recibiría el 49% de los apoyos de las bases republicanas. La salud del trumpismo es tal que el único otro candidato que obtendría un apoyo notable, aunque muy alejado de los números de Trump, sería el gobernador de Florida y actual líder del trumpismo a nivel institucional, Ron DeSantis, quien obtendría un 25% de los votos. A gran distancia, se encontrarían otros líderes republicanos, entre ellos muchos altos cargos de la Administración Trump como el exvicepresidente Mike Pence, el exsecretario de Estado Mike Pompeo o la exembajadora de EEUU ante la ONU, Nikki Haley, e importantes senadores como Ted Cruz, que obtendrían porcentajes entre el 2% y el 7%. La misma conclusión se extrae del también reciente sondeo del diario Politico, que recoge el dominio absoluto del expresidente Trump con un 52% de los votos, seguido únicamente, pero a gran distancia por Ron DeSantis con un 21%. Estos datos demuestran que los republicanos son abrumadoramente trumpistas, y que quieren preferentemente como candidato al propio Donald Trump y, en caso de no presentarse Trump, al reconocido trumpista Ron DeSantis.
Cabe destacar que Trump y DeSantis aúnan en conjunto casi tres cuartas partes del apoyo del electorado republicano, con lo que, como hemos señalado previamente en Hispanidad, podría especularse con la posibilidad de un poderoso ticket electoral para 2024, compuesto por el expresidente Trump como candidato a presidente, acompañándole como número dos y candidato a vicepresidente, el gobernador DeSantis.
Mientras Biden se desploma, el trumpismo cada día está más fuerte en el Partido Republicano.
¿Será Biden el candidato demócrata en 2024?