Notivida es una de esas joyas de Internet, casi todas ellas de tamaño pequeño. Miren la nota titulada: Argentina lidera el antinatalismo en la región. Porque realmente merece la pena su lectura. Con Alberto y Cristina Fernández, aunque el proceso abortero ya comenzara con el derechista Macri, Argentina se ha colocado a la cabeza del antinatalismo en el mundo hispano, de la misma forma que la España de Zapatero, y ahora la de Sánchez, siempre en busca de nuevas fronteras de salvajismo, se ha colocado a la cabeza del antinatalismo en el mundo hispano.
Ya hemos dicho muchas veces que el aborto es mucho más que el aborto. Es toda una filosofía de vida. Si aceptas la eliminación del ser humano más indefenso, no solo estás prescindiendo de toda ética y de la civilización misma, dado que estás aceptando el homicidio, sino que pierdes vitalidad, la virtud cívica más importante de todas. Por definición, una sociedad sin vitalidad es una sociedad muerta y las cifras de, por ejemplo, España, que días atrás publicaba Hispanidad, sólo pueden concluir que una sociedad que renuncia a la continuidad ha renunciado a la vida, y que una sociedad que renuncia a tener hijos se coloca en peligro de extinción.
El Nuevo Orden Mundial (NOM) considera que es más fácil acabar con el hambriento, a ser posible antes de nacer, que acabar con el hambre...
¿Y esto tiene que ver con la economía o se queda en el terreno de la demografía? Esto no sólo tiene que ver con la economía sino que constituye la primera norma de una economía saneada. Veamos: o eliminas la pobreza o eliminas a los pobres. Los Fernández situaron a la Argentina en la cabeza del antinatalismo en el mundo hispano y Zapatero y Sánchez han hecho lo propio en España. Hace apenas 10 años era justamente lo contrario. Argentina ha sido a Hispanoamérica lo mismo que la España de Zapatero y Sánchez a Europa: adelantados de la perversión. Recuerda el famoso chiste del cura navarro que desde el púlpito se lamenta de lo mal que hablan sus feligreses: queridos hermanos, somos el segundo pueblo que más blasfema de toda la región. En ese momento, uno de sus competitivos feligreses exclama: ¡Rediez, hemos de ser los primeros!
El Nuevo Orden Mundial (NOM) considera que es más fácil acabar con el hambriento, a ser posible antes de nacer, que acabar con el hambre… lo que exige un esfuerzo personal grande, mejor evitarlo.
El dilema sigue en pie: o eliminar la pobreza o eliminar al pobre. El progresismo ha decidido que la segunda vía es la más eficaz.