En pocas horas, y sin especiales enfrentamientos, la policía brasileña retomó el control de la Presidencia, el Congreso y el Supremo de Brasil. Pero hemos asistido a la explosión de ira de algunos bolsonaristas contra el Nuevo Orden Mundial (NOM), esencia del progresismo, que avanza años en pocos minutos, en su lucha por pervertir la democracia. Recuerden que el neocomunismo actual, los leninsitas 3.0, que dijera Felipe González, ya no buscan la revolución violenta (¡Te pueden matar por eso!) sino la victoria en las urnas para, una ve arriba y por vías democráticas, terminar con la democracia en nombre de la democracia. O sea, como el Sanchismo.
🇧🇷 | Muchos manifestantes bolsonaristas se mostraron molestos por la destrucción. Mucha confusión, incluso había hombres encapuchados que intentaron desenmascarar, estas peleas terminaron a los golpes y con participación de la Policía. Otra mujer aseguró que habían infiltrados. pic.twitter.com/efy7tTHTXs
— Emmanuel Rincón (@EmmaRincon) January 9, 2023
Se equivoca Bolsonaro como se equivocó Trump. La batalla no hay que darla desde Florida, hay que librarla dentro del propio sistema, aunque se trate de curar una democracia podrida
Lo ocurrido en Brasil: en la capital, Brasilia, manifestantes pro-Bolsonaro intentaron entrar en el Congreso, Presidencia y Tribunal Supremo. Y esto es injustificable pero perfectamente comprensible. Porque los brasileños no se rebelan contra Lula se rebelan contra el Nuevo Orden Mundial (NOM) y la liberticida ideología de género, la misma que impone Sánchez en España, Biden en Estados Unidos y que ahora se ha propuesto Lula da Silva en el gigante del sur. Pero, eso sí, la impondrá muy democráticamente, el 50 más uno contra el 50 menos uno... y la mitad del país que no está de acuerdo con él... que se fastidie.
Los progresistas de Europa y de América no están dispuestos a repensar sus barbaridades ni a ceder en nada. Quieren mandar en todo y para siempre
Ahora bien esta peligrosa realidad, esta verdad oculta no implica aplauso ni para Trump ni para Bolsonaro. Se equivoca el brasileño como se equivocó el norteamericano. La batalla no hay que darla desde Florida, hay que librarla dentro del propio sistema, aunque se trate de curar una democracia podrida. Es más, mejor Trump, que se ha quedado en el país, que Bolsonaro, que se ha marchado a Orlando.
Por cierto, Podemos intentó cercar el Congreso de los diputados. Y se jactaron de ello, mientras Trump y Bolsonaro aseguran no estar detrás de los desórdenes
Pero lo más triste, los progresistas de Europa y de América no están dispuestos a repensar sus barbaridades. Perseverarán en ellas hasta que a los contrarios condenados al silencio sólo les quede la alternativa de rendirse o rebelarse.
Por cierto, recuerden que aquí en España. Podemos intentó cercar el Congreso de los diputados. Y se jactaron de ello, mientras Trump y Bolsonaro aseguran no estar detrás.
Recuerden: Lula ya no es rojo, se ha vuelto progre; en lugar de llamar a la concordia aprovechará para imponer el poder que no le dieron las urnas
Respecto a Lula: ya no es rojo, se ha vuelto progre; en lugar de llamar a la concordia aprovechará para aumentar el poder que no le dieron las urnas. Ganó por la mínima pero se comportará como si hubiese arrasado.