En cuestión de días, Estados Unidos y sus aliados usaron la economía mundial como arma de guerra contra Rusia por su invasión de Ucrania y causaron una enorme destrucción, informa Los Angeles Times.
Las sanciones pusieron de inmediato al presidente ruso Vladimir Putin a la defensiva, obligado a luchar contra una inflación galopante. El banco central ruso, sin acceso a sus reservas extranjeras, trató de apelar a cuanto recurso encontró para limitar la pronunciada caída del rublo.
Los economistas coinciden en que la economía de Rusia, de 1,5 billones de dólares (un 7% del tamaño de la estadounidense), se deteriorará rápidamente, a un ritmo sin precedentes para una potencia nuclear.
Se presiona para que se impongan más castigos económicos. La parlamentaria ucraniana Oleksandra Ustinova se reunió con senadores estadounidenses el martes para pedir más sanciones inmediatas.
“Funcionan”, afirmó. “En Ucrania, la gente hace cola para recibir armas. “En Rusia, la gente hace cola para sacar dinero de los cajeros automáticos porque saben que tal vez no puedan hacerlo dentro de dos días, o que valdrá la mitad”.
El valor del rublo cayó un 35% desde el viernes, según la firma de datos financieros FactSet. Esto desató una mayor inflación, hizo subir las tasas de interés y provocó una escasez de bienes que afecta a la población rusa.
El valor del rublo cayó un 35% desde el viernes, según la firma de datos financieros FactSet. Esto desató una mayor inflación, hizo subir las tasas de interés y provocó una escasez de bienes
Una de primeras repercusiones del asedio internacional al sistema financiero ruso, explican las distintas voces consultadas, es el temor de la población a un 'corralito'. A pesar de que las autoridades lanzan mensajes tranquilizadores en contra de esta amenaza y de que prometen que los ahorros de los ciudadanos están garantizados, en los últimos días se ha batido el récord de retirada de efectivo porque muchos no se fían, informa TVE.
"La gente está muy nerviosa. Si entras a los bancos, hay mucha gente, todos quieren sacar dinero, sobre todo euros y dólares. Yo sí que tengo un poco de miedo. Hoy quería sacar mis ahorros en euros y resulta que hay que hacer un pedido porque no hay dinero. El encargo más próximo es para el 10 de marzo", señala Elena, que cuenta que hay largas colas ahora mismo en los bancos.
Desde una de ellas, una joven cuenta a TVE la dificultad con la que se está encontrando para retirar sus ahorros: "Tengo miedo de que el Gobierno expropie el dinero o me congele las tarjetas bancarias. Llevo dos días recorriendo cajeros y todavía no he conseguido sacar euros. No sé qué hacer, necesito efectivo”, comenta Olga.
El ambiente general es de tristeza y de desasosiego, y quien puede retira dólares y euros, si los encuentra, aunque salgan perdiendo a cambio, porque quieren tener su dinero seguro
"De momento, creo que las sanciones no nos tocan mucho porque no pueden con el rublo, pero también usamos tarjetas Mastercard y Visa, y la gente que se ha quedado en el extranjero tiene problemas para sacar dinero (...) Aquí, de momento, funcionan", apunta a RTVE.es Darya, otra joven de San Petersburgo que tiene parte de sus ahorros en dólares y que no ha podido sacarlos porque se agotaron el primer día de invasión.
"Hay gente con mucha preocupación. El ambiente general es de tristeza y de desasosiego, y quien puede retira dólares y euros, si los encuentra, aunque salgan perdiendo a cambio, porque quieren tener su dinero seguro. Otros han retirado simplemente efectivo, rublos, todo lo que han podido porque la idea del corralito está ahí", confirma también Antonio, un español residente en la capital rusa, añade en TVE.
En situación inversa se encuentra Fiodor, un profesor nacido en Moscú que vive en España desde hace pocos meses y que está sufriendo en la distancia lo que ocurre en su país a raíz de una guerra que en ningún caso justifica. Él cuenta que algunos conocidos han tenido que sacar la mayor parte o todos sus ahorros del banco y guardarlos "debajo del colchón", pero también explica que incluso hay consecuencias para rusos que, como él, trabajan fuera: "Yo doy clases de español y en la mayoría de casos las cobraba en rublos, pero ahora, con la tasa de cambio, pierdo muchísimo dinero", dice Fiodor, a quien también le inquieta lo que pueda encarecerse el coste de la vida.
"Rusia es un país que depende de muchos productos extranjeros y eso quiere decir que en los próximos meses o incluso en los próximos días puede haber una subida de los precios", añade este profesor que conoce ya a varias personas que han salido de Rusia o que piensan en mudarse a otro país. Uno de los problemas con los que se están encontrando, dice, es con que ahora hay muy pocos vuelos, añade en TVE.
Se "avergüenza", dice, de que Rusia no haya podido frenar al régimen de Vladimir Putin y afirma que las sanciones que ha recibido el país como consecuencia de su posición política recaen sobre "las oportunidades de la población normal
Andrés es una de esas personas que se ha llegado a plantear abandonar su país, pero realmente no quiere hacerlo. Se "avergüenza", dice, de que Rusia no haya podido frenar al régimen de Vladimir Putin y afirma que las sanciones que ha recibido el país como consecuencia de su posición política recaen sobre "las oportunidades de la población normal". "Lo veo en mi oficina, donde muchos pedidos se cancelaron el primer día de la guerra a la vez, y ahora no está claro cómo afectará al negocio", lamenta Andrés.
También Katia, otra moscovita, sostiene que algunas personas ya están viendo afectado su empleo: "El novio de mi hija ayer perdió el trabajo. Él es cámara y su productora tenía un contrato con Netflix durante medio año, pero como ha cancelado sus proyectos con Rusia, todo el grupo de rodaje se ha quedado sin trabajo. Él tiene una hipoteca como muchos jóvenes y ahora está muy nervioso", dice.
Tampoco Darya es optimista: "Mi nivel de vida bajará al 100% porque soy guía turística. Primero la pandemia se comió mi trabajo y ahora esto termina como tal con el turismo extranjero", lamenta.
A Fiodor su padre le cuenta por teléfono que, por ahora, no hay desabastecimiento, pero sí que son muchos los que se han lanzado a hacer acopio de determinados productos que, creen, podrían empezar a escasear pronto. "Sobre todo, fármacos. En Rusia buena parte de los medicamentos proceden de Europa y quizá no se podrán adquirir", explica este ruso, recoge TVE.