Decíamos ayer, que el espantajo ultra ha triunfado en España y me temo que, aunque en menor proporción, también ha triunfado en toda Europa. El análisis de la actitud de los medios informativos y de los tertulianos televisivos, de izquierdas o de derechas, de ayer domingo, a medida que se iban conociendo los resultados, era desolador, por su planicie intelectual y su neutralidad moral. Se metía en la misma coctelera a todos los partidos, muy pocos, que se atenían a las raíces cristianas de Europa en el cajón de sastre de la "ultraderecha", el coco malo, el espantajo ultra, la ola reaccionaria que nos invade y, a partir de ahí se defendía a la "verdadera" Europa, la compuesta por una democracia cristiana que ya no es cristiana y cada día resulta menos democrática y más tecnocrática y la de una socialdemocracia que ha vuelto a sus orígenes totalitarios, al socialismo puro y duro, eso sí, ya no por la revuelta proletaria, condenada al fracaso desde la caída del Muro de Berlín, desde que el sindicato polaco Solidaridad derrotara a los soviéticos, sino por la vía de las urnas, disfrazados de demócratas. Sencillamente, los comunistas no han cambiado ni de actitud ni de principios, sólo de nombre.

El comunismo, que ha hecho mucho más daño a la humanidad que el nazismo y el fascismo juntos, sencillamente ha cambiado de nombre. Y cuando un compañero se vuelve al homicidio, se le califica de fascista y en paz

Ayer se dejó ver que los medios, que no las redes sociales, insisto, menos rigurosas que nosotros, los periodistas, pero más próximas a la verdad (cuestión ante la que la prensa respondemos con la pregunta de Pilatos, ¿qué es la verdad?) se apuntaban al suspiro final: menos mal que la ultraderecha no ha subido y que Europa sigue regida por una democraciacristiana de derechas y una socialdemocracia de izquierdas, siendo que ambas son hoy una misma cosa: ¿es estupidez o mala fe, que diría nuestro ínclito presidente?

Si cogen el queso que hemos publicado sobre las elecciones ayer y lo comparan con el derecho a la vida, convertido hoy en derecho al aborto, verán que los dos grandes grupos reducen fuerza pero sigue mandando y que la llamada ultraderecha -la única que podría cambiar Europa- es ahora considerada como el enemigo a batir tanto por la izquierda como por la derecha, lo cual no es un error mental sino visual.   

Y luego está el engaño de la migración, bandera de la izquierda que les deja entrar y no les integra y de la derecha que pretende detenerlos en la frontera, aunque eso ya es imposible

En suma, ¿ha cambiado Europa después de las elecciones de ayer? Me temo que no. Sigue siendo un continente triste, donde la triste progresía de izquierdas se alía con la triste progresía de derechas y donde todo lo que es católico se califica como ultra. Es decir, el cristianismo, que creó Europa, ha pasado a ser ultraderecha. En España, tierra de sabios prejuiciosos, más que en ningún otro sitio. No olvidemos que Pedro Sánchez es un experto en prejuicios comunes. Ahora bien, ¿quieren ustedes saber qué Europa sale del 9-J? Hay un termómetro infalible: el derecho a la vida. 

Así, si se preguntan qué partidos apoyan el asesinato del ser humano más inocente y más indefenso, el concebido y no nacido, se encontraran que toda la socialdemocracia y toda la democraciacristiana europea son aborteras. Y aún entre la llamada ultraderecha, hay que distinguir entre la derecha pagana y apenas un grupo de 'ultraderechistas cristianos', mantienen la defensa, en voz baja, de que hay que derogar las leyes de aborto y de que es necesario proteger la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. En este sentido, nada tiene que ver la abortera Marine Le Pen con el defensor de la vida -y sin alharacas, que conste-, Santiago Abascal.

Lo más grandioso que ocurrió ayer en toda Europa fue el rezo del Santo Rosario en la Tierra de María que es España, en la calle Ferraz, a 50 metros de la sede central del PSOE, hoy convertido en el partido socialista más importante de toda Europa. Esto sí que cambiará España y Europa... por ese orden

Otrosí, lo ya mencionado. En Europa, se olvida que el comunismo, que ha hecho mucho más daño a la humanidad que el nazismo y el fascismo juntos, no ha desaparecido: sencillamente ha cambiado de nombre. Y cuando un compañero se vuelve hacia el homicidio, como ha ocurrido con Putin, se le califica de fascista., se le convierte en el enemigo a batir... y punto. 

Y luego está el engaño de la migración, bandera de la izquierda socialdemócrata, que deja entrar a los pobres pero no les integra, y también de la derecha democristiana y de la derecha que pretende detenerlos en la frontera, aunque eso ya es imposible.

El rezo del Santo Rosario sí que cambiará España y Europa... por ese orden

Señores: lo más grandioso que ocurrió ayer en toda Europa fue el rezo del Santo Rosario en esa Tierra de María, llamada España. Por ejemplo, en la calle Ferraz, a 50 metros de la sede central del PSOE, hoy convertido en el partido socialista más importante de toda Europa. Esto sí que cambiará España y Europa... por ese orden. 

Y a la cabeza de esa cruzada progresista contra la ultraderecha se encuentra otra plutocrata de pensamiento único, la democristiana Úrsula Von der Leyen quien, tras alabar a Meloni el mismo día de las elecciones anuncia que gobernará con los socio-comunistas como Sánchez que son de centroizquierda. El espantajo de la ultra derecha es una falsedad de los socialistas y una estafa de los democristianos.