En Hispanidad, hemos venido denunciando la peligrosa conversión del FBI, la principal agencia federal de investigación criminal, en un instrumento al servicio del Partido Demócrata, que ha señalado como objetivos a la oposición republicana y al expresidente Donald Trump, con actuaciones tan polémicas como el registro de dudosa legalidad de la residencia del expresidente, la creación de la farsa de la trama rusa o la protección de los grupos de extrema izquierda Black Lives Matter y Antifa.

En esta ocasión, el FBI ha actuado contra los grupos provida.

Así, el activista provida Mark Houck, de 48 años, ha sido arrestado por agentes del FBI en su casa en la zona rural del condado de Bucks, en Pensilvania, por presunta agresión a un voluntario de una clínica abortista, acusándole de vulnerar la Ley de Libertad de Acceso a las Entradas de las Clínicas de 1994, que prohíbe el daño intencional a la propiedad y el uso de “fuerza, amenaza de fuerza u obstrucción física” para “lesionar, intimidar o interferir” a alguien que ingresa a una clínica abortista.

El jefe de la Unión Pro-Vida de Filadelfia ha denunciado que el arresto por parte del FBI de un destacado activista católico pro-vida es “un acto horrendo para intimidar a los pro-vida”.

El arresto de un destacado activista católico pro-vida es “un acto horrendo para intimidar a los pro-vida”

Houck está siendo defendido por Peter Breen, vicepresidente de la Sociedad Tomás Moro, una firma de abogados sin fines de lucro con sede en Chicago. Breen ha denunciado que “Este caso se presenta únicamente para intimidar a las personas de fe y a los estadounidenses pro-vida” y que “Mark Houck es inocente de estos cargos ilegales y tenemos la intención de demostrarlo en los tribunales”.

El episodio supone una auténtica tergiversación de los hechos, ya que según  LifeNews.com, la esposa de Houck, Ryan-Marie, defendió que el pasado 13 de octubre de 2021, su esposo estaba asesorando sobre alternativas al aborto en las inmediaciones del Centro de Salud Elizabeth Blackwell perteneciente a la multinacional abortista Planned Parenthood, cuando un voluntario radical abortista de Planned Parenthood, Bruce Love, que conducía a mujeres al edificio para abortar, amenazó a su hijo menor de edad de apenas 12 años. Para proteger a su hijo, Houck empujó a Love, causándole un rasguño en el brazo derecho", según el informe policial. Love presentó una denuncia contra Houck el año pasado, pero la demanda fue desestimada porque el propio Love nunca compareció y porque la policía había decidido no continuar con la investigación ante la ausencia de pruebas de agresión.

“Nunca hubo bloqueo de acceso a un centro abortista, lo ocurrido fue la actuación de un padre en defensa de su hijo de 12 años”, ha señalado Tom Stevens, presidente y director ejecutivo de Pro-Life Union.

“Me han escupido, me han maldecido, se han burlado de mí, me han empujado, no obstante doy gracias por ello, por la capacidad de sufrir de una manera pequeña (por Cristo)”

Por eso, es llamativo que ahora el FBI reabra el caso y afirme sin tapujos que Houck supuestamente agredió dos veces a Bruce Love.

También llama la atención la extrema virulencia del FBI para detener a un pacífico activista provida. Así, en la mañana del arresto de su esposo, Ryan-Marie Houck señaló que entre 25 y 30 agentes armados del FBI, allanaron la casa de la familia a las siete de la mañana, entrando en la casa, apuntando con rifles a la pareja, causando pánico a los hijos del matrimonio.

Si es declarado culpable de los delitos, Houck se enfrenta a 11 años de prisión, tres años de libertad supervisada y multas de hasta 350.000 doláres.

“Me han escupido, me han maldecido, se han burlado de mí, me han empujado, no obstante doy gracias por ello, por la capacidad de sufrir de una manera pequeña (por Cristo)”.

Como se pueden imaginar, el FBI en ese caso, no actuó contra los violentos abortistas.