Continúa la sombra de las irregularidades de la noche electoral que dio como vencedor a Joe Biden. Recordemos que la noche de las elecciones de Estados Unidos se convirtieron en días de infarto. En varios condados se especuló con supuestas irregularidades. Así, en Arizona, el Fiscal General del Estado, Mark Brnovich, inició una investigación ante la denuncia de que en el Condado de Maricopa, que al incluir la ciudad de Phoenix, supone más del 60% de la población del Estado, muchos votos de electores republicanos habían sido rechazados por estár rellenados con los denominados “sharpies”, una especie de rotuladores permanentes muy utilizados por el presidente Trump y que por ello, su uso suele vincularse a votantes republicanos. Sobra decir, que estos rotuladores, al igual que cualquier tipo de bolígrafo es apto para poder emitir el voto. Pero en Arizona, ocurrió algo más sorprendente todavía, y es que, ya en la noche electoral los demócratas se atribuyeron la victoria en el Estado, cuando la ventaja de Biden era de apenas 2,4 puntos y quedaban todavía por recontar más de 600.000 votos de condados con mayoría de votantes republicanos.
Brnovich está teniendo que efectuar un arduo esfuerzo de cara a preservar la legalidad del sistema electoral. En el camino, se ha encontrado con grandes piedras por parte de la secretaria de Estado de Arizona, Katie Hobbs, a la hora de investigar el fraude electoral.