En el contexto de la guerra que libra Israel contra el grupo terrorista yihadista Hamas en Gaza --después de su incursión en territorio judío el 7 de octubre de 2023- y contra el grupo terrorista chiita pro-iraní Hezbolá en Líbano, el ejército israelí no ha dudado en bombardear zonas cristianas, sin importarles los 'daños colaterales' que ello pudiese ocasionar en vidas humanas y en edificios cristianos o católicos.
Por ejemplo, el pasado 9 de octubre un bombardeo israelí destruyó la Iglesia católica de San Jorge, ubicada en Dardghaya (Líbano), según informó la organización «Ayuda a la Iglesia Necesitada» (ACN). Y el pasado 14 de octubre, el ejército israelí bombardeó un edificio alquilado a la televisión Al-Manar, vinculada a Hezbolá, en el pueblo de Aitou, cerca de Zgharta, en el norte del Líbano, en una zona de mayoría cristiana, informó Fides.
En ese contexto, el padre Gabriel Romanelli, párroco de la única iglesia católica de la Franja de Gaza, ha indicado al diario oficial del Vaticano -L'Osservatore Romano, recogido por Aciprensa- que los cristianos no tienen la intención de abandonar la región, pese a las advertencias israelíes de que emigren porque se están planteando ejecutar su 'Plan de los Generales'.
El Plan de los Generales israelí consistiría en aumentar el asedio contra las ciudades del norte de Gaza para intentar “romper el punto muerto” en el que ha entrado el conflicto con Hamas, previa evacuación de los civiles de la zona pero también bloqueando el suministro de alimentos, explica la BBC.
Es decir, que el ejército judío pretende dar unos días a los civiles para que se marchen de la Franja de Gaza por medio de corredores asegurados por Israel. “Y después de ese tiempo, toda esta área se convertirá en una zona militar. Y todos los miembros de Hamás, ya sean combatientes o civiles, seguirán teniendo dos opciones: rendirse o morir de hambre”, explicó el general (retirado) Giora Eiland, exasesor de seguridad nacional.
Pero los cristianos no quieren irse de sus casas. "Hace unas semanas, recibimos un mensaje de las FDI (Fuerzas de Defensa Israelíes), que define la nuestra como 'zona roja' y nos indica dos corredores para ir hacia el sur; pero nuestras familias no quieren irse, no sé qué pasará. ¿Por qué deberíamos irnos? Ninguno de nosotros está involucrado en el conflicto. ¿Qué harían nuestros cristianos en el Sur? Se concentrarían junto con otros dos millones de palestinos desplazados, que no tienen nada y viven en tiendas de campaña. Espero que nuestra peligrosa situación sea conocida también en Occidente. Y confío, como siempre, en la capacidad de intervención de nuestro patriarca, el cardenal Pierbattista Pizzaballa", señaló el P. Romanelli.
El cardenal Pizzaballa en Gaza en Pentecostés mira los destrozos en el colegio católico y alrededores de la parroquia