El sectarismo progresista de la Administración de Joe Biden y Kamala Harris está generando una notable contestación en muchos lugares del país. Pero, sin duda, uno de los Estados más beligerantes contra la política radical del ejecutivo demócrata es Florida.
La cuestión no es baladí, Florida es el tercer Estado más poblado del país, con más de 21 millones de habitantes, solo superado en población por California y Texas. Tradicionalmente, Florida ha sido en las elecciones presidenciales uno de los estados más disputados entre demócratas y republicanos, al ser uno de los denominados “swing states” que deciden el control de la Casa Blanca. Sin embargo, desde la entrada en política de Donald Trump en 2016, Florida se encuentra camino de convertirse en uno de los bastiones conservadores en las próximas décadas. Así, Trump ha resultado vencedor en este Estado tanto en las elecciones de 2016 como de 2020, y en estas últimas se impuso a Biden por casi 400.000 votos. Igualmente, en la actualidad, tanto el gobernador del Estado como los dos senadores federales son republicanos, así como la mayoría de los congresistas federales. También ha sido uno de los iconos simbólicos del trumpismo, ya que aún en la Casa Blanca, el entonces presidente Trump cambió su residencia de Nueva York a Florida. Y tras su salida del Despacho Oval, se ha instalado definitivamente en Florida en su club de Palm Beach, conocido como Mar-a-Lago. No es casualidad que sea precisamente ahora el actual gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, quien está liderando a nivel estatal la oposición al ejecutivo de Biden y Kamala. ¿Pero quién es Ron DeSantis?
El gobernador de Florida se erige como principal referente del trumpismo a nivel estatal
Ron DeSantis nació en Jacksonville, la ciudad más poblada del Estado de Florida, hace 42 años. Católico provida, estudió en las prestigiosas universidades de Yale y Harvard, licenciándose en derecho con distinción “cum laude” en esta última. Con posterioridad, desarrolló la carrera militar, hasta su entrada en política, convirtiéndose en congresista federal por Florida en 2013. Ocupó este puesto hasta que en 2018 se presentó a gobernador de Florida. Si bien no era el favorito en las primarias republicanas dado que el aparato del partido apoyaba al oficialista Adam Putnam, DeSantis acabó haciéndose con la candidatura republicana gracias al apoyo del entonces presidente Trump. En ese mismo año se impuso en las elecciones al demócrata Andrew Gillum y se convirtió en gobernador de Florida con apenas 40 años. Después de tomar posesión en 2019, DeSantis fue uno de los principales aliados del presidente Trump durante su estancia en la Casa Blanca. En la actualidad, con 42 años es el gobernador más joven del país y se ha convertido en el principal estandarte del trumpismo en la lucha contra el sectarismo progresista de la Casa Blanca de Joe Biden y Kamala Harris.
En el ámbito de la libertad educativa, DeSantis ha iniciado la batalla contra el sectarismo progresista anunciando que el plan de estudios de su Estado excluirá la denominada “critical race theory” o teoría crítica racial, que busca la promoción de la denominada “justicia racial” y la lucha contra el “racismo institucional”. Dicho más claro, que persigue el fomento de la ideología radical del movimiento marxista Black Lives Matter y semejantes en los centros educativos. DeSantis denunció que “no habría espacio en las aulas de su Estado para ideologías que promueven el odio a su propio país y el odio entre unos y otros”.
En el plano de la libertad religiosa, frente a las medidas de restricción de la libertad de culto decretadas por Estados demócratas como Nueva York o California y que fueron eliminadas por el Tribunal Supremo, el gobernador DeSantis declaró que las celebraciones religiosas eran actividades esenciales, con lo que en Florida se pudo seguir acudiendo a iglesias y demás templos religiosos sin limitación alguna.
En el plano económico, de consuno con el expresidente Trump, y a pesar del incesante acoso mediático que trató de ridiculizarle, DeSantis tomó la audaz decisión de reabrir la economía de su Estado. Esa decisión ha generado que, a pesar de la crisis económica causada por la pandemia, Florida tenga apenas un 4,8% de tasa de desempleo, frente al 8,8% de Nueva York o el 9% de California, los dos Estados demócratas más poblados que adaptaron las medidas de restricción más agresivas.
El año que viene se enfrentará a la reelección como gobernador de Florida, donde según las encuestas, parte con una holgada ventaja con respecto a sus rivales demócratas y ya se especula como posible candidato presidencial republicano en 2024, o bien como candidato a vicepresidente, en el caso de que Donald Trump presente su candidatura en los próximos comicios presidenciales
Incluso con la reactivación ordenada de la economía, el Estado de Florida presenta unos datos sanitarios mejores que gran parte del país, ya que tiene un 8% de fallecimientos per capita menos que la media de EEUU y una tasa de fallecidos por millón de habitantes inferior a la de Estados demócratas que adoptaron agresivas medidas de restricción como Nueva York, Massachusetts o Nueva Jersey. Por este motivo, De Santis ha calificado de “locura” la voluntad de la Administración Biden de reinstaurar las salvajes medidas de restricción que destruyen la economía americana y que no han redundado en unos datos sanitarios especialmente positivos para los Estados que las han adoptado.
El año que viene se enfrentará a la reelección como gobernador de Florida, donde según las encuestas, parte con una holgada ventaja con respecto a sus rivales demócratas y ya se especula como posible candidato presidencial republicano en 2024, o bien como candidato a vicepresidente, en el caso de que Donald Trump presente su candidatura en los próximos comicios presidenciales.