La Virgen de Guadalupe se le apareció al indígena San Juan Diego entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, y le pidió que intercediera ante el primer Obispo de México, el franciscano Fray Juan de Zumárraga, para que se construyese un templo en el llano, al pie del cerro del Tepeyac, recuerda Aciprensa.
La imagen de la Virgen, colmada de simbología que podía ser leída por los indígenas mexicanos, impulsó la evangelización de México, facilitando en los años siguientes millones de conversiones.
Pues bien: según el obispo de Cleveland, Ohio (EEUU), Mons. Nelson Pérez, “el don que el pueblo hispano ha dado a los Estados Unidos ha sido precisamente la fe católica, el amor por la Santa Virgen, la Guadalupana que es la patrona de todas las Américas, el amor por la familia y un sentido muy profundo de alegría y celebración, porque el latino celebra todo”, recoge también Aciprensa.
La imagen de la Virgen, colmada de simbología que podía ser leída por los indígenas mexicanos, impulsó la evangelización de México, facilitando en los años siguientes millones de conversiones.
En conversaciones con EWTN Noticias y ACI Prensa, este prelado, que fue el director del V Encuentro de Pastoral Hispana en los Estados Unidos, señaló que los migrantes hispanos “celebran todos los distintos momentos con gran intensidad y siempre estas celebraciones tienen un aspecto espiritual”, y recordó la habitual frase “gracias a Dios” e incluso la despedida “A-Dios”, porque “todo gira alrededor de ese corazón latino que es profundamente espiritual y eso es un gran don al pueblo americano”.
Además, el Obispo de Cleveland describió el encuentro que tuvieron con el Papa Francisco el 10 de diciembre como “fantástico”, porque el Santo Padre “fue paternal con nosotros y nos escuchó, nos hizo preguntas, compartimos” por más de dos horas. “Sinceramente se fueron rápido. Fue una experiencia única el estar con él”, relató.
Mons. Nelson contó qué le dijo en ese encuentro al Pontífice: “Le hablé del amor, especialmente del pueblo latino en los Estados Unidos”; y afirmó que “el Santo Padre para el pueblo latino de los Estados Unidos es una súper estrella”.
Le hablé (al Papa) del gran amor del pueblo hispano y de todo el pueblo americano y de toda la Iglesia americana
“Le hablé del gran amor del pueblo hispano y de todo el pueblo americano y de toda la Iglesia americana. Del gran amor que tenemos por él, de la gratitud por esa bella carta de la alegría del Evangelio que marca tanto el Pontificado de él, y que en una forma muy particular ha tocado el pueblo hispano de los Estados Unidos”, dijo.
En este sentido, el obispo estadounidense recordó que el V Encuentro de Pastoral Hispana, que se realizó en septiembre de 2018, tuvo “como motor” la exhortación apostólica Evangelii gaudium “que es un gran don que ha dado a la Iglesia, un gran don que nace en Latinoamérica, nace en Aparecida en gran parte”. Además, subrayó el concepto de “discípulos misioneros” que “ha sido para la Iglesia americana un gran don” por lo que dieron las gracias al Santo Padre.
Al referirse a los desafíos de la Diócesis de Cleveland, Mons. Nelson Pérez precisó que “quieren en una forma particular salir al encuentro de los jóvenes, especialmente de los jóvenes adultos”.
“Hay muchos programas para los jóvenes más jóvenes, los adolescentes”, dijo el Obispo. Sobre los “jóvenes adultos”, indicó que “tienen un lugar especial porque estos jóvenes ‘no están allí ni están allá’, están en un momento de transición en su vida, de salir al encuentro con ellos, también de establecer una cultura de discípulos misioneros”.
El obispo estadounidense recordó que el V Encuentro de Pastoral Hispana, que se realizó en septiembre de 2018, tuvo “como motor” la exhortación apostólica Evangelii gaudium "que es un gran don que ha dado a la Iglesia"
De este modo, Mons. Pérez comentó que en el mensaje de Aparecida, “discípulos misioneros”, anteriormente “eran dos palabras que se usaban en forma separada”. “Estaba el discípulo, el que sigue a Jesús, y el misionero. Y en los Estados Unidos cuando se hablaba de los misioneros, se hablaba del misionero que iba a otro país”.
“Entonces, de niño cuando nos presentaban decían esta es una misionera, quiere decir que no trabaja aquí, que no sirve en nuestro lugar”, describió el Prelado quien recordó que “este concepto se encuentra en las raíces de nuestro bautismo: somos discípulos, pero al mismo tiempo, somos misioneros. No se puede ser discípulo sin ser misionero”.
Por lo tanto, el Prelado busca “establecer esa cultura de una Iglesia en misión, una Iglesia en salida, que han sido los temas de Aparecida, los temas de la alegría del Evangelio, que ha sido el tema del V Encuentro una iglesia en salida en misión que sale al encuentro, que va a las periferias. Ese es mi sueño para la iglesia en Cleveland”, añadió.