Israel entra en Líbano -espero que no cometa de nuevo el error de una invasión-, mientras Irán lanza misiles contra Israel. Curioso, porque ni el centenar de misiles lanzados por los iraníes han conseguido ni una sola víctima mortal hebrea.
Eso sí, dos terroristas mataron a tiros a siete civiles en una estación de tranvía en Tel Aviv. A los árabes, el terrorismo se les da mucho mejor que la guerra abierta, donde se da la cara ante el enemigo. El terrorismo resulta mucho más cobarde.
Pero vamos a lo importante: ¿Lo de Israel puede hincharse y convertirse en guerra global? Sí. Porque la implicación es cada vez mayor, con más elementos y más participantes.
En España, el ególatra de Sánchez considera que la política de los dos estados, de hace 70 años, puede acabar con esto. A veces el narcisismo sanchista provoca cierta ternura
Hasta el momento, Israel batalla con los chiítas pero los sunitas (con Arabia Saudí a la cabeza) podrían unirse a la lucha por la destrucción de Israel y entonces... el perímetro bélico se multiplicaría por "n".
En España, el ególatra de Sánchez considera que la política de los dos Estados, de hace 70 años, puede acabar con esto. A veces el narcisismo sanchista provoca cierta ternura. Así, su ministro Albares aseguró que la solución está en la política de los dos estados que ha lanzado Pedro Sánchez. La verdad es que lo de los dos estados -Israel y Palestina-, lo lanzó la comunidad internacional en 1948. Israel lo aceptó pero los árabes se dedicaron a eliminar a Israel y así siguieron durante 50 años.
Mientras, Occidente vuelve a desoír la amenaza de Rusia: en Ucrania, la OTAN está cruzando la raya roja del enfrentamiento directo
Volvamos al presente. Occidente vuelve a desoír la amenaza de Rusia: en Ucrania, la OTAN está cruzando la raya roja del enfrentamiento directo, la de permitir que las armas occidentales se empleen contra Rusia en territorio ruso. Recuerden que Occidente despreció a Moscú cuando Putin advirtió que invadiría Ucrania. Ahora puede ocurrir lo mismo y, cuidado, que Rusia ya ha amenazado con emplear arsenal nuclear.
Curiosamente, el progresismo internacional está empeñado en no negociar. Ni en Ucrania ni en Israel. Pues empieza a ser urgente ese diálogo que tanto se invoca pero que todo el mundo, sobre todo los amantes del concepto, empezando por nuestro Sánchez, interpretan como estar dispuesto a hablar pero con los que piensan como yo.
¿El mundo está cada día más próximo a una tercera guerra mundial? Es evidente que sí, y, de hecho, aumenta a diario el número de convencidos de la hipótesis.