Lunes 17 de enero: recepción de Su Majestad el Rey Felipe VI al Cuerpo Diplomático, convertido en un mensaje a Marruecos: caminemos juntos.
Es decir, otra muestra de debilidad del Gobierno Sánchez que, para esconder su cobardía, utiliza al secuestrado Rey de España -secuestrado por Moncloa- como mandadero. Su Majestad, incapaz de rebelarse contra el yugo principal, el de Moncloa, va y le dice a Marruecos que debemos "caminar juntos" en una nueva etapa.
Y como Hispanidad recordaba ayer, la inoperancia del Sanchismo en la esfera internacional se dejó ver ayer en la 'cumbre' hispano alemana con el canciller Olaf Scholz.
Con Sánchez, España resulta ridícula en el mundo diplomático internacional. Hasta un segundón como Marruecos se burla de nosotros
Volvamos a Rabat: todos sabemos que el moro es taimado, dijo Cervantes, y que Mohamed VI utiliza la debilidad del adversario y sólo retrocede ante la fuerza. La clemencia no está en su naturaleza. Por tanto, el discurso del Monarca fue un error.
Además, Marruecos ha firmado acuerdos contra-natura, en un régimen islámico, con la China Comunista -la nueva ruta de la seda- y con Estados Unidos, que mantiene las bases norteamericanas coloniales en España pero, al mismo tiempo, ha decidido apoyar a Marruecos contra Argelia y el Frente Polisario.
Pero, sobre todo, Marruecos no sólo pretende invadir Ceuta y Melilla sino también Canarias. Ojo, que la batalla moral ya nos la ha ganado: ahí tienen a la feminista Mónica Oltra, a la comunista Yolanda Díaz y a las podemitas Irene Montero o Ione Belarra, apoyando a un Mohamed VI, arquetipo del machismo, heredero de Profeta que ha sometido a las mujeres a una vida de semiesclavitud.
Ahora mismo, la civilización occidental cuenta con tres enemigos: el mundo oriental, de cariz panteísta, el mundo islámico, mera herejía de Occidente pero muy violento y el peor de todos: su propia cobardía
Mohamed VI pretende Ceuta y Melilla, Canarias y, luego, ser aceptado en la Unión Europea, lo mismo que el turco Erdogan, como país europeo. En el caso de Rabat, quiere pasar por encima de España, donde ya cuenta con una población marroquí durmiente, de 700.000 personas, que le obedecerían en caso de conflicto abierto con España.
A Marruecos, Majestad, hay que enseñarle los dientes, no invitarle a caminar juntos. A Marruecos, señor presidente del Gobierno, sobre todo después de lanzar adolescentes contra Ceuta, como hizo el 17 de mayo de 2021, hay que enseñarle los dientes y no caminar juntos. Como mucho, dos pasos por delante.
Al tiempo, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha viajado a Washington para entrevistarse con ese desastre con patas, encima engreído, que es el secretario de Estado de Joe Biden, el inenarrable Antony Blinken un verdadero peón dócil del Nuevo Orden Mundial (NOM), para preparar la Cumbre de la OTAN de junio, a celebrar en Madrid y que Moncloa vende como su gran éxito diplomático. Lo cierto es que a Blinken le importa un bledo España porque la considera un poder amortizado, al tiempo que exige, en una política suicida para Estados Unidos, aunque comprensible, que Europa se defienda por sí sola de Vladimir Putin.
España resulta tan ridícula con Sánchez en todo el orbe...
Y lo que es más importante: ahora mismo, la civilización occidental cuenta con tres enemigos: el mundo oriental, de cariz panteísta, con China al frente, el mundo islámico, mera herejía de Occidente pero muy violento y el peor de todos: su propia cobardía, tras haber abdicado de sus orígenes cristianos.