Como se recordará, recientemente tuvo lugar en el Parlamento Europeo el escándalo del Qatargate, que afectó principalmente a eurodiputados socialistas. La trama consistía en que Qatar --y también Marruecos-- pagaban presuntamente altas sumas de dinero u ofrecían grandes regalos a terceros con una posición política estratégica significativa dentro del Parlamento Europeo para influir en su favor. La eurodiputada socialista Eva Kaili fue detenida.
Pues bien: ayer martes, el afectado por la corrupción —de momento, presunta— fue el Partido Popular Europeo (PPE), cuyas oficinas en Bruselas fueron registradas por la Policía federal belga, en un caso iniciado en Alemania, concretamente en Turingia, y que afectarían al líder de la CDU en esta región, Mario Voigt.
El Partido Popular Europeo (PPE) ha difundido un comunicado en el que asegura “estar cooperando con total transparencia” con las autoridades implicadas y ofreciendo toda la información y documentación requerida.