Empecemos por la premisa: la pornografía es mala en sí misma, independientemente de si se consume poco, mucho o nada, y de la edad del consumidor. No por ser mayor de edad ver porno pasa a ser algo bueno, ni siquiera indiferente.
Lo que pasa es que asumir esto y luchar contra la pornografía parece retrógrado y un pelín fascista, por eso, y tristemente, la Primer Ministro de Italia, Giorgia Meloni, ha fijado en los menores sus nuevas medidas contra la pornografía.
"Cuando la ministra Eugenia Roccella (de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades) dijo la edad en la que se calcula hoy el primer acceso a sitios pornográficos, a los 6 o 7 años, vi la cara espantada de algunas madres, más o menos la cara que se me quedó a mí cuando descubrí este dato", aseguró Meloni, el Estado "ha estado mirando para otro lado".
La italiana tomaba medidas por el aumento de la delincuencia juvenil en el país transalpino, en particular, los delitos sexuales y el consumo de la pornogradía a través de los móviles está disparado. Esto sumado a la violación de dos niñas de 13 años por parte de seis adolescentes en la región italiana de Caivano, hizo que Meloni aprobara una serie de "medidas urgentes contra el malestar juvenil, la pobreza educativa y la criminalidad de los menores, y también para la seguridad de los menores el ámbito digital".
"Se prohíbe el acceso de los menores a contenidos de carácter pornográfico, en cuanto mina el respeto a su dignidad y compromete su bienestar físico y mental, constituyendo un problema de salud pública": puede leerse en el artículo 13.1 de la ley de 13 de noviembre publicada al día siguiente en la Gaceta Oficial del Estado italiano.
La nueva ley obliga a los responsables de los sitios web y a los proveedores de plataformas de vídeo a verificar si los usuarios son o no son mayores de edad "para evitar el acceso a contenidos pornográficos de los menores de 18 años"., teniendo 60 días para "garantizar un nivel de seguridad proporcional al riesgo", en caso contrario, "se procederá a bloquear el sitio y la plataforma".
La medida está bien, que el Estado ponga el foco y hable del problema es de alabar, pero Meloni se queda muy corta tanto en las medidas como en el problema.