Empezamos esta crónica semanal de Hispanoamérica —en la que hacemos especial énfasis en la defensa de la vida, la familia natural, la libertad de enseñanza y el bien común, es decir, los principios no negociables establecidos por Benedicto XVI—  en México, para defender la ley natural y el principio no negociable del derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones contra la ideología de género

En ese país, la diputada Mónica Rodríguez Della Vecchia explicó por las calles de la ciudad de Pueblo su iniciativa para prohibir el cambio de sexo en menores de edad y sancionar a quienes obliguen a los niños o adolescentes a someterse a uno de estos procedimientos, recoge Aciprensa

La parlamentaria propone que se imponga de “uno a tres años de prisión y de cincuenta a doscientas veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización” a “quien someta, condicione, coaccione, presione u obligue a una niña, niño o adolescente a cambiar o modificar, por medio de cualquier mecanismo de carácter externo, terapéutico o similar, su identidad sexual, en contraposición a su identidad biológica”.

En diálogo con ACI Prensa, la diputada informó: “Pudimos explicarle a la gente sobre la iniciativa que pretende proteger a nuestras niñas, niños y adolescentes para que ningún adulto los pueda obligar o forzar a un cambio de identidad sexual”. “Sabemos que para tomar decisiones que van a impactar en su vida deben alcanzar la mayoría de edad y la madurez necesaria. Esta propuesta fue muy bien recibida por la sociedad, y por ello tenemos que seguir impulsando para que la iniciativa sea aceptada en el estado de Puebla y a su vez en Ciudad de México y Chihuahua”.

El 9 de febrero la diputada mexicana América Rangel, del opositor Partido de Acción Nacional (PAN), presentó en el Congreso de la Ciudad de México una iniciativa legislativa para modificar la Ley de los Derechos de las Niñas, los Niños y Adolescentes de la Ciudad de México. De ser aprobada, quienes realicen cambios de sexo hormonales y quirúrgicos a menores de edad se podrían enfrentar a penas que van de “dos a siete años de prisión”.

La desintegración familiar se da en muchos casos porque el papá se va y no vuelve

Nos vamos ahora a Honduras, donde el P. Luis Melquiades, párroco en un pequeño municipio llamado Mercedes de Oriente, habló sobre el abandono que sufrió de adolescente por parte de su padre, cuando éste decidió migrar en busca de trabajo: “Mi papá se fue para Estados Unidos cuando yo tenía 14, debido a la necesidad y a la situación de pobreza. Yo lo juzgué siempre, hasta que comprendí por qué se había ido”, compartió durante una entrevista concedida a ACI Prensa hace unos días. 

El P. Melquiades, de 33 años, párroco de la iglesia San Antonio de Padua, en el departamento de La Paz, cuenta que para sus 10 hermanos –muchos de los cuales no conocieron a su padre– “el efecto fue devastador”. “Un día, cuando él regresó, a mis hermanos les costó mucho acercarse, porque no lo conocían. Hasta ese momento él sólo enviaba dinero para que nosotros estudiáramos”.

“La desintegración familiar se da en muchos casos porque el papá se va y no vuelve. También los hermanos mayores se van, forman una familia y no regresan. Esta situación afecta mucho al crecimiento de los hijos, porque la separación siempre duele”, explicó el P. Melquiades.

Concepción Velásquez, presidente de la comunidad católica Fe y Esperanza de Mercedes de Oriente, contó a Aciprensa que sólo en su localidad, de unos 1.200 habitantes, hay varias “familias separadas y matrimonios desintegrados”. “Principalmente porque hay hombres que se van hasta 20 años y no vuelven”.

Por su parte, Gabriela Morales, vicepresidenta de Fe y Esperanza, lamentó a Aciprensa que en su comunidad haya incluso algunos casos en los que los “dos padres de una familia migran y los hijos se quedan al cuidado de los abuelos”. “Como catequistas de la parroquia nos ha tocado lidiar con estos problemas. Se ve la falta que les hacen sus papás”.

Basta de violencia narco, basta de drogas que matan, basta de connivencia de los estamentos públicos. Sí a la perseverancia, no nos dejemos robar la esperanza

Y en Argentina, convocadas por organizaciones de la sociedad civil y por la Arquidiócesis de Rosario, cerca de 4.000 personas se movilizaron en la provincia de Santa Fe para clamar ‘Por una Rosario en paz’ y contra la delincuencia originada por la droga que ya ha ocasionado más de 60 muertes en Rosario, recoge Aciprensa

Antes de iniciar la marcha, el Arzobispo del lugar, Mons. Eduardo Eliseo Martín, aseguró que Rosario “merece la paz”, porque es “una ciudad tan hermosa, llena de vida, de gente que sale a trabajar en la semana y los domingos a recrearse en los parques”. “No es justo que esté padeciendo eso, merece la paz. Es como un signo de presencia y sobre todo necesitamos la paz interior también”.

Asimismo, ante los micrófonos de Télam, el Prelado reclamó condiciones sociales “de justicia y de equidad”. “Si falta la justicia, en el sentido de que haya gente que pueda salir de la pobreza por medio de su trabajo, de que no haya excluidos, no podemos pretender la paz”.

En sus palabras finales, Mons. Martín sentenció: "Basta de violencia narco, basta de drogas que matan, basta de connivencia de los estamentos públicos., Sí a la perseverancia, no nos dejemos robar la esperanza".