El 2 de junio de este año, México celebrará elecciones generales en las que se elige al nuevo presidente, así como a 128 senadurías y 500 diputaciones federales. 

A esas elecciones se presentan dos grandes coaliciones y un partido. 

La primera, 'Sigamos Haciendo Historia' está integrada por el partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA, el del actual presidente, López Obrador), el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México. El 6 de septiembre la coalición anunció a Claudia Sheinbaum como aspirante a la presidencia.

La segunda coalición es 'Fuerza y Corazón por México' (heredera del 'Frente amplio por México'), integrada por el Partido Acción Nacional, el Partido Revolucionario Institucional y el Partido de la Revolución Democrática. Su candidata a la presidencia será Xóchitl Gálvez. 

Y el partido que se presenta es Movimiento Ciudadano, cuyo aspirante a la presidencia será Jorge Álvarez Máynez.

Todos los aspirantes que se presentaron como candidatos independientes a la presidencia de México (entre ellos, el actor Eduardo Verástegui) no consiguieron cumplir con los requisitos que exige el Instituto Nacional Electoral (el respaldo del 1% del padrón electoral, equivalente a 960.000 firmas de apoyo). 

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A las próximas elecciones presidenciales no se presentará tampoco el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, que fue acusado recientemente de recibir financiación del grupo narco el 'cártel de Sinaloa' en su primera campaña presidencial, en el año 2006, como recogió Hispanidad. 

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Por otra parte, López Obrador está impulsando una serie de reformas, como suprimir los ‘organismos constitucionales autónomos’ con la excusa de que favorecen la corrupción, lo que ha causado gran controversia en el país porque -según piensan muchos mexicanos- con esa reforma se podría deteriorar la democracia mexicana. 

Estos ‘organismos constitucionales autónomos’ son entes públicos que desempeñan determinadas funciones de servicio a la sociedad, de manera -en teoría- imparcial e independiente del poder político, como por ejemplo, el Banco de México (Banxico), el Instituto Nacional Electoral (INE), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE). 

Sin embargo, diversos actores sociales se oponen a la idea de López Obrador porque consideran que perjudicaría a la democracia mexicana, como la plataforma ciudadana 'Actívate'; la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex); o incluso los obispos mexicanos, que apoyaron la manifestación del pasado domingo 18 de febrero denominada 'Marcha por la democracia' y que reunió a manifestantes en más de cien ciudades mexicanas. 

Sin embargo, López Obrador no dio importancia a esas movilizaciones ciudadanas y denominó a los participantes como “conservadores”, les acusó de "defender oligarcas, ricos y corruptos", que “se movilizaron en contra de la transformación” que él quiere ejecutar. 

Además, el actual presidente mexicano rechaza los insultos que le dirigen desde redes sociales, calificándolo como 'narcopresidente' y 'narcotraficante': “Estoy protegido, porque lo que estimo más importante en mi vida es la honestidad”.