En Siria, en el oeste, en la región de Latakia y Tartus, desde el jueves 6 de marzo, los yihadistas islámicos recién llegados al poder -o sea, terroristas y fanáticos musulmanes, en concreto una facción heredera de Al Qaeda, denominada Hayat Tahrir al Sham (HTS), liderados por Mohamed al Jawlani (ahora llamado Ahmed al-Shara)- ejecutaron una matanza contra la población civil, especialmente contra las minorías que no les gustan, sobre todo los alauitas (a esta tribu pertenecía Al Assad), pero también se han visto afectados cristianos y drusos. Estas masacres han dejado unos 1.300 muertos, como recogió Hispanidad.  

Este ataque se ha producido con la excusa de los enfrentamientos que los yihadistas están manteniendo con militares leales a Bashar al Assad, huido a Moscú.

En ese contexto, Ayuda a la Iglesia Necesitada celebra hoy viernes 14 de marzo su tradicional 'Noche de los testigos', en la catedral de Madrid, con la asistencia del arzobispo greco-católico melquita de Oms (Siria) Mons. Jean Abdo Arbach, quien ha respondido a las preguntas de Hispanidad sobre qué está pasando con los cristianos en Siria con la llegada del nuevo régimen y qué expectativas tienen al respecto, es decir, si van a terminar siendo perseguidos como en otros países controlados por musulmanes radicales. 

Esta ha sido la respuesta a Hispanidad de Mons. Jean Abdo Arbach: "En este tiempo del cambio del Gobierno en Siria, los cristianos tienen muchos desafíos. En primer lugar la seguridad, la paz: hasta hoy hay mucho miedo en los cristianos. El segundo (desafío), la parte económica: es muy difícil, no hay trabajo, no hay recursos y sobre todo hay muchas familias sin sueldos para vivir. El tercer (desafío): hay un caos total en Siria. No sabemos a quién acudir. Hay muchas promesas pero hasta hoy no tenemos garantía para vivir tranquilamente. Esto es lo que tenemos hasta hoy. Ustedes escuchan muchas cosas en la radio, en la televisión, hay accidentes, hay muertos, hay ataques. Sí. Y los patriarcas mandaron un mensaje: se necesita la reconciliación en el pueblo de Siria, a todos los niveles, para vivir con dignidad y para vivir todos en paz después de 14 años de guerra en Siria". 

En declaraciones a ACN, Mons. Jean Abdo Arbach añadió: «No queremos más sangre. Llamamos a la unidad y la reconciliación. Después de 14 años de guerra no necesitamos otro conflicto». «Es una gran dolor. Pido que haya justicia porque asesinar a mujeres y niños no es algo bueno para Siria».

En este sentido, Matthew Barnes, responsable de comunicación de Puertas Abiertas en Oriente Medio y el Norte de África, ha afirmado que no ha visto pruebas de ningún ataque importante contra los cristianos en los últimos días y añade que todos los informes sugieren que casi todos los civiles muertos eran del pueblo chiíta alauita, que en gran medida sigue siendo leal al depuesto expresidente Bashar al-Assad. 

«Sabemos que cuatro hombres cristianos han muerto en la región donde se produjo la violencia. Sabemos que uno de ellos fue alcanzado por una bala perdida. Y no tenemos pruebas de que ninguno de ellos fuera asesinado por su fe. Esto ciertamente no equivale a una ‘masacre de cristianos’», explica Barnes. 

Eso sí: el responsable de comunicación de Puertas Abiertas en Oriente Medio añade que, aunque muy pocos cristianos resultaron perjudicados por la violencia, ésta ya está teniendo un impacto negativo en la moral de la Iglesia: «Cuando visité a los cristianos en Siria la semana pasada, todavía eran cautelosos, pero se sentían optimistas. Ahora creo que se han refugiado más en la cautela. Muchos en la región mediterránea tienen mucho miedo de que esto pueda conducir a más y más violencia, y de que queden atrapados en el fuego cruzado. Y una persona que conozco dijo que sabe de gente que ahora quiere abandonar el país. Cientos de miles de cristianos han huido de Siria en los últimos años. Me temo que, si la violencia como esta se vuelve algo común, tendremos otro gran éxodo». 

Barnes también alerta sobre el peligro de los bulos: «Me preocupa mucho, porque algo así puede repercutir en los cristianos de allí. Cuando una ONG cristiana inició recientemente una demanda contra el nuevo presidente, el Gobierno sirio convocó a un obispo de la misma confesión que la ONG y le preguntó por qué los cristianos están tan en contra del presidente. La lección es que debemos asumir que todo lo que sale en las noticias, o incluso en las redes sociales, será visto por los gobiernos y otros grupos armados. Y eso puede tener terribles repercusiones en la población cristiana, que probablemente no tuvo nada que ver con los rumores».