Sólo vamos a ceñirnos al mes de agosto y a Europa: Reino Unido, Alemania y Francia han sido brutalmente atacados, en concreto ciudadanos indefensos que disfrutaban de su libertad, y que se vieron atacados por la multiculturalidad de la que desde Bruselas se hace gala.

En Reino Unido fueron 3 niñas asesinadas y varios heridos por un menor de origen ruandés, en Alemania tres personas muertas a manos de un inmigrante-refugiado sirio y en Francia un gerdarme atropellado en un control de tráfico por un delincuente y reincidente de Cabo Verde.

Relacionado

Pero ojo, no relaciones inmigración y violencia, esto son pequeñísimos casos aislados que están siendo usados por la ultraderecha para plantar la semilla del racismo. Aunque ahora sean socialistas como el aleman Olaf y el español Pedro Sánchez los que hablen de deportaciones. 

Relacionado

No lo ha podido decir más claro la esposa de Éric Comyn, el gendarme asesinado hace tan sólo dos días en Mougins (Francia): "Lo afirmo alto y claro: Francia mató a mi marido. (…) Por su laxitud, por su insuficiencia y su exceso de tolerancia. Francia mató a mi marido. ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Por qué este hombre reincidente puede moverse libremente? ¿Cuándo abrirán realmente los ojos nuestros políticos? ¿Tienen que verse directamente afectados para actuar?.

No es de extrñar su indignación, máxime cuando el presidente del país, Emmanuel Macron, se refirió al asesino de su marido como un delincuente, sin mencionar nacionalidad, evidentemente, Macron no es ningún ultraderechista: "Golpeado por un delincuente, el suboficial Éric Comyn murió esta tarde en Mougins. Comparto el profundo dolor de su familia y de sus compañerosde la autopista de Mandelieu-la-Napoule. La nación está a su lado y expresa su agradecimiento a los gendarmes que la protegen".

Pero tranquilos, que Emmanuel ha detenido a Pavel Durov, ese sí que es peligroso.

Relacionado